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¿En qué contribuye la moral para la salud mental?

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¿En qué contribuye la moral para la salud mental?

Dr. Winston Villamar F. Phd.

Médico Psiquiatra

 

Escribir al DR. Mauro Hoy
¿En qué contribuye la moral para la salud mental?

A veces, ciertos términos nos llevan a la ilusión del sonido o la semántica.

Consideremos:

Pro-sa-i- co.
Po -é -ti-co.

Aunque ambos suenen al oído de manera agradable, poético tiene que ver con la belleza, la idealidad, mientras que prosaico con lo vulgar, trivial. Este, creo, es el caso de la palabra moral, la que en su acepción más conocida tiene que ver con lo que la relaciona con el bien en general. Y es en este contexto donde presento mi tesis en relación a moral y salud mental: "La moral es inmoral porque nos condena; la amoralidad es inocencia que nos libera del peso de la culpa y nos moraliza sobre la intencionalidad de nuestro ser". Antes de que reaccione, le ruego me conceda dos licencias: la primera, que tiene que ver con el refrán de los exegetas novatos que dicen "un texto sin contexto es un simple pretexto", desconociendo que el texto en sí tiene un valor per se fuera de su entorno, pues el lexema, como "unidad mínima con significado léxico" es prueba obvia de la independencia del texto, sin necesidad absoluta, por supuesto, de la prescindencia de lo que le rodee. La segunda licencia, tiene que ver con la pretendida ideología que nos induce a creer que lo mejor es lo superior, cuando el ser mejores en algo no nos hace necesariamente superiores.


Defendiendo la tesis, en la brevedad de este espacio, expongo:

 

1. La moral trae implícitamente la idea del bien y del mal.
2. El concepto del bien y del mal nos produce la opción de la culpa (por el mal realizado o por el bien no ejercido).
3. La culpa trae ansiedad, especialmente en las personas con mayor sentido de moralidad.
4. Si se niega la moralidad, es decir, si nos volvemos amorales, entraríamos a un estado de inocencia inteligente, pues nos veríamos tal como somos: personas en proyección intencional de ser.
5. Esto nos liberaría del sentimiento de culpa porque descubriríamos dicha intencionalidad en nuestra propia naturaleza, buscando lo que corresponda para "sanarla" de lo que vaya contra la inocencia inteligente.
6. La opción intencional nos daría la esperanza resolutiva, con lo que la culpa no tendría razón de ser, y por lo tanto, tampoco la ansiedad.

En un marco así, cabría pensar en alguien que en su búsqueda encuentre a otros como él, con los cuales pueda trabajar un proyecto de salud mental, con el siguiente lema: "en lo principal, unidad (lo que nos haría identificarnos sanamente); en lo secundario, libertad (lo que nos permitiría compartir nuestra autonomía); y en todo, fraternidad (lo que nos movería a reconocernos empáticamente).
Entonces, retornaríamos con otra acepción de moral (estado de ánimo), para vivenciar el día a día con la hipermoralidad como estado del bien reconocido en el lema: "yo puedo vivir con mi conciencia sin culpa si es que he encontrado lo que la libera de la sensación del bien y del mal, y la deja gozando en la búsqueda de mi verdadera intencionalidad como un ser que es más que un conjunto de órganos físico-químicos".
Atentamente,
Dr. Winston Villamar.


Un pensamiento:

"No siempre es bueno lo que es correcto, pero siempre es correcto lo que es bueno". 

 

SECCION PREGUNTAS

(La invitación es a enviar sus preguntas, una por vez, en no más de dos líneas. De los lectores que nos escriben, ponemos solamente sus iniciales, en función de la privacidad)

En relación al Boletín anterior ("¿Cómo funcionan el "sí" y el "no" en la salud mental?") hemos recibido la siguiente pregunta, de B. V. N. que dice:

"¿Por qué si las leyes parecen más justas, las situaciones se vuelven más desgarradoras? Parece que mientras más leyes, más violencia extrema."

Respuesta: Creo que es asunto de perspectiva. El concepto de la Ley es algo que se da en función preventiva y punitiva, buscando mantener la salud social, la que no siempre corresponde a la salud mental de sus integrantes. Aparentemente, no son las leyes las que producen violencia, sino que la misma realidad social de la violencia es la que determina que aparezcan más leyes. Esto nos llevaría al diagnóstico, desde el punto de vista de la salud mental, sobre la real necesidad de nuestra civilización, lo que sería, como afirmo al principio, un asunto de perspectiva, que se dilucida con la pregunta: ¿tenemos algo mejor que las leyes para resolver el problema de la violencia en nuestro tiempo?

REVISION DE OBRAS
En relación a la moral, me permito sugerir como testigo de este hecho testimonial a "Los testamentos traicionados", de Milan Kundera, y en el espíritu de este texto, dos novelas cortas: "El duelo", de Joseph Conrad, y "La larga búsqueda del señor Lamousset", de Lynn Brock. No son obras dogmáticas sino ilustraciones de lo que, moralmente somos los seres humanos.

 

 

 

 

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