Soy una mujer recién divorciada. Acabo de cumplir 50 años. A mí no me gusta la soledad, y quiero intentar un nuevo proyecto de vida con una pareja. Siempre he ansiado envejecer al lado de alguien, pero siento que a mi edad me va a resultar difícil conseguir un hombre. No me imagino desnuda con una nueva pareja. Siento que mi cuerpo ya no es lo que antes era y me daría mucha pena. Me da temor sufrir un rechazo, una burla o un comentario negativo.

En las últimas décadas, esta situación se ha vuelto muy común en nuestra sociedad. Cada vez más mujeres enfrentan divorcios y separaciones después de los cincuenta años, y en muchas de ellas surge la duda de si todavía persiste el atractivo físico y si podrán conseguir pareja a esta altura de la vida. Según mencionan los estudios, a muchos hombres les resulta atractiva la mujer madura, y para algunos ocupa el primer lugar de atracción.

También, a muchos hombres no les gusta una pareja joven y más bien prefieren la mujer cogeneracional. Así, una mujer de cincuenta o más años con frecuencia crea vínculos con una persona de una edad similar con quien tiene muchos aspectos en común. La edad no representa un obstáculo para rehacer la vida.

Sin embargo, debemos señalar que la mujer suele ser muy crítica con su figura, y es común que juzgue con severidad cada detalle de su cuerpo. Sin importar la edad, toda mujer debe superar esta actitud, con el fin de evitar inhibiciones al momento de la intimidad. Recordemos, además, que en general el hombre no se fija en muchos de esos rasgos, los cuales simplemente le resultan pequeñeces que pasan inadvertidas.