Un tema de preocupación de muchos padres.
HOMOSEXUALIDAD E INFANCIA
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Muchos padres nos escriben preocupados cuando observan ciertos comportamientos que catalogan como “amanerados” en el niño que generan rechazo ya sea en la escuela, en el barrio o por parte de allegados o de la misma familia.
Tenemos que recordar que contrario a lo que se piensa en el ámbito popular la mayoría de las personas “amaneradas” no son homosexuales y la mayoría de los homosexuales no son “amanerados” y esto es cierto independientemente de la edad.
Es decir, no hay ningún comportamiento social que indique en la infancia o en el estado adulto que una persona es homosexual, de manera que aunque el niño juegue con muñecas o sea un aficionado a las más sangrientas peleas de kick boxing, estos comportamientos no nos hablan de su preferencia sexual en el futuro.
Por otra parte, los niños en etapas tempranas de la vida pueden tener una serie de conductas que responden más a sus propias vivencias y facultades, por ejemplo un niño que entra más joven a la escuela puede sentirse en desventaja físicamente –por ser menor que sus compañeros- y rehúya juegos, luchas, competencias, deportes, y por eso ser tildado de amanerado.
Otras veces, el niño simplemente es diferente, más noble, y no comparte la escalada de violencia que hoy se vive en las escuelas y por eso puede que sea discriminado por los otros niños. Otros niños tienen inclinaciones más profundas que las usuales para su edad, son fanáticos de las computadoras, del ajedrez, de los números, y el niño se aisla en su mundo porque estas aficiones no las comparten sus compañeros.
Otras veces, y con suma frecuencia, el niño simplemente es un chineado, que todavía se comporta como un bebé de mami, y le cuesta desarrollarse de igual a igual con otros niños porque está acostumbrado a un trato preferencial por parte de los demás y desde luego va a ser señalado rápidamente.
Con todo esto, quiero señalar que hay muchas razones para que un niño sea amanerado, y que no hay forma de saber si un menor de edad es realmente homosexual, sólo el tiempo lo dirá y lo que es más importante, hoy la ciencia indica que no hay forma de evitar la homosexualidad.
Sin embargo, es importante que los padres comprendan que este tipo de discriminaciones suelen ser muy nocivas para el infante, quien puede experimentar auténticos episodios de angustia y depresión por no ser aceptado en su mundo. De manera que es crucial buscar ayuda psicológica que le permitan al niño socializar de una manera adecuada para evitar las nocivas repercusiones del rechazo.