DICE QUE SE ME CAYÓ LA VEJIGA, PERO YO NO SIENTO NADA
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Soy una mujer de 33 años, vivo en unión libre. Estoy muy afectada porque me considero una mujer joven, no tengo hijos, y hace unos días fui al ginecólogo solo a control, pero él me dijo que se me está cayendo la vejiga. Me extrañó porque siempre entendí que eso le daba a uno cuando ya ha tenido hijos y se es mayor. Lo curioso es que no siento ninguna molestia. Por dicha el doctor dice que todavía no es de operar, pero me queda la duda por qué me está pasando esto a mí.
Clásicamente se ha relacionado la “caída de la vejiga” con los partos, ya sean cuando se tienen muchos hijos, o con partos que han sido prolongados, intempestivos, o difíciles y sobre todo cuando el niño provoca desgarros vaginales al nacer.
Recientemente, se ha observado a un grupo considerable de mujeres que, sin haber tenido partos vaginales, presentan una vejiga baja, producto de lo que se denomina “hábitos urinarios retencionistas”, es decir, son mujeres que por mucho años han pasado largos periodos sin orinar, de tal forma que retienen grandes cantidades de orina, que se acumula en la vejiga.
Este acúmulo provoca que la vejiga se agrande y por ende que pese más, con el tiempo los músculos que sostienen la vejiga “ya no la aguantan” y ceden provocando el descenso progresivo de la vejiga.
En las etapas iniciales la mujer no experimenta ningún síntoma, tanto que el diagnóstico lo hace el médico al realizar el examen vaginal. Sin embargo, en los cuadros más avanzados la mujer siente la vagina “llena”, como si tuviera una masa o “bola”. Y en la etapas tardías, la vejiga se sale por el orificio vaginal, y se observa como una pelota rosada que puede tener el tamaño de una bola de tenis o hasta el de una bola de fútbol.
En esas etapas incipientes se trata con una serie de estrategias, mientras que en las etapas tardías es necesario recurrir a la cirugía.