ESTOY VIEJO, PERO USTED DICE QUE NO
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Soy un hombre casado de 53 años. Nunca me reservé para el matrimonio, estaba con mi esposa y siempre tuve dos o tres amigas por fuera. Hace cuatro años me comenzó a fallar la erección, pero me hice a la idea porque sé que estoy viejo. Mi esposa lo ve por televisión y me dice que usted siempre recalca que a mi edad no estoy viejo y que debería funcionar en la cama. No soy de ir con doctores, pero si esto tiene cura, no lo dudaría.
Por mucho tiempo se creyó que la edad afectaba de forma considerable la respuesta sexual, y la creencia se centraba en el desempeño del varón y específicamente en la erección, así se decía que el hombre añoso rápidamente quedaba “impotente”. Hoy sabemos que la sexualidad con todas sus características se mantiene a lo largo del tiempo, así el deseo sexual, la eyaculación y la erección están presentes hasta etapas tardías de la vida.
Sin embargo, también sabemos que, aunque la edad no es enemiga del sexo, sí lo son las enfermedades y los vicios. De tal forma que el sexo se mantiene íntegro en el tanto el individuo se mantenga saludable y en el caso de padecer alguna enfermedad si se tiene un adecuado control usualmente la sexualidad no se ve afectada.
Por eso, es común que el hombre que rehúye los controles médicos tarde o temprano presente problemas sexuales por enfermedades que está padeciendo, que desconoce y que por ende no se está tratando.
Y en eso consiste la primera evaluación sexológica en determinar, a través de diferentes análisis el estado de salud del paciente, así como el funcionamiento de diversos órganos que son fundamentales para un adecuado desempeño sexual. Con esa información se diseñan los diversos tratamientos que suelen ser muy efectivos y que permiten recuperar el rendimiento sexual perdido.