ESTABA TAN SEGURA, QUE LO PERDÍ
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Soy una mujer separada de 34 años. Me considero la mujer más tonta del mundo, estuve viviendo con mi pareja durante 7 años. Él es lo que cualquier mujer desea tener a su lado, pero me quería tanto que yo lo maltrataba. Todo este tiempo él fue “una pega” y a mí me gustaba, pero no sé por qué lo trataba mal. En esta Semana Santa íbamos para la playa, yo me puse difícil y me dijo que no aguantaba más y terminó la relación.
A diario recibimos múltiples preguntas sobre este tema, cuando uno de los miembros de la pareja no valora al otro a pesar de las muestras sinceras de afecto. Comportarse de una manera caótica, problemática y difícil, suele dañar la relación y propiciar la disolución del vínculo y aunque esto es fácil de entender, algunos se sienten tan seguros del amor de la otra persona que hasta caen en el maltrato y los agravios.
A los especialistas en conducta humana nos resulta sorprendente que parejas jóvenes, acudan a la consulta porque en el día a día hacen de situaciones banales, auténticos problemas. El amor que se profesan y que es genuino da pie a una vivencia sufrida, y amarga, con un historial de separaciones y reconciliaciones. Se separan porque no se toleran, y vuelven porque se quieren, con el agravante que el amor no es suficiente para controlar los impulsos y arrebatos que surgen en la cotidianidad.
Debemos recordar una máxima de la salud mental, la cual reza que “el maltrato no es negociable”, de tal forma que en el momento en que surgen insultos, ofensas o humillaciones y qué decir, agresiones físicas, es momento de hacer un alto en la relación mientras se busca ayuda terapéutica.