NI SIQUIERA ME TOCA
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Soy una mujer casada de 28 años. Yo nunca había tenido relaciones antes de casarme, pero siempre pensé en lo lindo que iba a ser la luna de miel, y toda la vida de casada. Ya tengo dos años de vivir con él, y lo veo como apático en la cama, lo busco y me esquiva, y pasamos hasta un mes sin tener relaciones. Lo hemos comentado y él dice que va a cambiar, pero sigue igual, ni siquiera me toca.
Estas situaciones son muy frecuentes en nuestra cultura, y esto sorprende a la pareja porque se tiene la idea de que los hombres “siempre quieren” y que más bien es la mujer “la quitada para el sexo”.
En la mayoría de estos casos hay problemas hormonales de fondo que quitan el deseo sexual masculino, con el agravante de que estos varones no encuentran la forma de comentárselo a la pareja sea por vergüenza, por miedo, o porque creen que el problema se resolverá con el tiempo de forma espontánea.
Esta reacción es entendible y válida en las etapas iniciales del problema, pero si se mantiene a lo largo del tiempo, más aún por años, es fundamental hacer un alto en el camino, y consultar cuanto antes porque pone en peligro la interacción cotidiana y la misma estabilidad del vínculo.
Son muchas la parejas que se separan por un problema sexual que no fue resuelto en su momento y que con el tiempo conllevó a un distanciamiento en la cama al inicio y en el plano emocional posteriormente. Además, este tipo de apatía puede generar, en algunas ocasiones, episodios de infidelidad, que también pueden provocar enfrentamientos, conflictos y hasta separaciones. Por otra parte, la mayoría de estos problemas se resuelven fácilmente con los abordajes con los que contamos en la actualidad, de manera que es cuestión de consultar.