Atado a la costumbre
EYACULACION PRECOZ
Un problema de todos los días
Tabla de Contenidos
Desde un punto de vista práctico, lo ideal es que el varón esté en capacidad de tener tanto una relación rápida, casi de segundos; como una relación más duradera y plácida, dependiendo de sus deseos o del tiempo que disponga.
INTRODUCCION
Hoy el mundo de la ciencia nos resulta sorprendente. Históricamente, los avances en el campo de la medicina se pueden calificar como increíbles. Podríamos pensar que este estado tan prometedor es producto de cinco mil años de civilización.
En realidad, hubo siglos enteros donde las investigaciones fueron vedadas y el oscurantismo reinó en el planeta, atrasando de manera importante el progreso de la ciencia.
Con el renacimiento, la ciencia toma vigencia nuevamente, pero el área sexual fue marginada del quehacer científico. Las primeras investigaciones en esta materia se realizaron a inicios del siglo anterior y la sexología, como rama de la medicina, hace su aparición tardía en la década de los sesenta.
Enfermedades tan temibles como la tuberculosis, la viruela o la poliomielitis, fueron superadas hace más de cincuenta años. Sin embargo, las disfunciones sexuales continúan minando la calidad de vida de la población.
A lo largo de la historia, el varón que sufría de eyaculación precoz estaba sentenciado a padecerla de por vida. No existían métodos realmente eficaces para superar esta condición. Además, los médicos desconocían por completo los fundamentos científicos y los mecanismos que desencadenan la precocidad en el fenómeno eyaculatorio. Por eso, las opciones terapéuticas que recomendaban carecían de fundamento científico.
Las cremas anestésicas, así como las sesiones de psicoanálisis y psicoterapia, eran las únicas herramientas que se utilizaban. A pesar de que representaban una fuerte inversión en tiempo y dinero, no modificaban sustancialmente el problema eyaculatorio.
Ante tales circunstancias, los hombres buscaban en el saber popular, en los remedios caseros y hasta en la magia salidas para los problemas sexuales. Algunas de esas falsas soluciones incluían la ingesta de licor, la colocación de ligas en la base del pene o técnicas de distracción, como pensar en cosas banales o triviales al momento de la relación sexual. Obviamente, estos métodos tenían el mismo resultado decepcionante que los tratamientos científicos de la época.
En la década de los sesenta, surgen las primeras publicaciones del grupo de Missouri, encabezadas por los ya célebres sexólogos William Masters y Virginia Johnson. De una manera revolucionaria, informan de técnicas correctivas que permitían la curación de más del noventa por ciento de los pacientes que sufrían de eyaculación precoz.
Podríamos decir que ese fue un momento cumbre en la historia de la ciencia. Más de veinte siglos de oscurantismo fueron suprimidos de un zarpazo con la creación de estos métodos, que más tarde fueron depurados por otros autores, entre ellos Kaplan y Pomeroy.
Afortunadamente, los avances en el campo de la sexología no se limitaron solo a la eyaculación precoz. Los nuevos tratamientos también incluían métodos destinados a otras disfunciones sexuales que aquejan al ser humano, como la disfunción eréctil, la eyaculación retardada, la anorgasmia y la ausencia de lubricación femenina. Esto le devolvió la esperanza a miles de personas en el mundo, que estaban encadenadas a una sexualidad apática e insípida.
A finales del siglo anterior, sucede un cambio extraordinario en el manejo de los problemas sexuales, al descubrirse varios fármacos que permiten de manera eficaz revertir la impotencia o disfunción eréctil.
Estos descubrimientos marcan una nueva era en la historia de la humanidad, en la cual los problemas sexuales se pueden resolver con medicamentos y no con las técnicas ideadas en la década del sesenta.
Hasta el día de hoy, esta revolucionaria manera de tratar los problemas sexuales se limita al manejo de la impotencia, pero es muy probable que, en cuestión de un par de años, contemos con medicamentos para el tratamiento del resto de los problemas sexuales.
Hoy se cree que algunos antidepresivos selectivos serán la respuesta farmacológica para la eyaculación precoz. Varios laboratorios a nivel mundial están trabajando en idear una molécula que permita, de manera específica, atrasar el reflejo eyaculatorio .
Todos estos avances en el campo de la sexología están convirtiendo los problemas sexuales en problemas estrictamente médicos. Sin embargo, no podemos obviar el papel fundamental que juega la educación en el área de la sexualidad.
Tenemos que comprender que el advenimiento de todos estos nuevos medicamentos resolverá muchos problemas sexuales, pero no solucionarán aquellos que surgen de la ignorancia, de los mitos y de los tabúes. Por eso, la educación en sexualidad continúa siendo la base indispensable para el deleite de una vida sexual sana.
DEFINICION
La palabra “impotencia” se utilizó por mucho tiempo en el mundo de la medicina para referirse a todos los problemas sexuales del varón. Las alteraciones para conseguir la erección, la eyaculación precoz, la ausencia de deseo sexual, y hasta la incapacidad para engendrar un hijo, eran todos problemas englobados bajo el término de “impotencia”.
Posteriormente, este concepto se analizó y se descubrió que se usaba para describir entidades sumamente diferentes entre sí. Se reservó entonces la palabra “impotencia” para designar las alteraciones en la erección y el término “eyaculación precoz”, surgió para designar la eyaculación que sucede de una forma tan prematura, que impide el buen desempeño sexual del varón.
No obstante, en el ámbito práctico surgieron varios cuestionamientos. ¿Cuán rápido tenía que ocurrir la eyaculación para considerarla prematura? ¿En cuáles casos se puede calificar a un varón como eyaculador precoz?
Esta situación llevó a una serie de investigaciones y razonamientos encaminados a precisar y delimitar el diagnóstico de la eyaculación precoz.
Algunos centros propusieron como criterio de distinción la eyaculación que ocurre en el minuto siguiente a la penetración vaginal.
Se comprenderá lo difícil que resulta realizar este diagnóstico en la práctica, pues requiere tomar el tiempo en pleno acto sexual.
Otros autores postularon el criterio de precocidad cuando la eyaculación ocurre en los primeros diez movimientos de penetración o de embestida pélvica. Desde luego, las dificultades para el diagnóstico con esta definición, eran y siguen siendo igual de engorrosas que cuando se utiliza el factor tiempo.
Masters y Johnson lograron un avance crucial cuando señalaron que:
“...la eyaculación precoz sucede cuando un hombre eyacula antes de que la pareja alcance el orgasmo en más del cincuenta por ciento de las veces... ”.
El problema de esta definición, es que el setenta y cinco por ciento de las mujeres sexualmente sanas, no logran alcanzar el orgasmo con solo la penetración independientemente del tiempo que tarde en desencadenarse la eyaculación.
Cabe aclarar que la mayoría de las mujeres, en la mayoría de las veces, solo puede llegar al orgasmo si recibe una estimulación directa sobre el clítoris, antes, durante o después de la penetración.
Además, en países como el nuestro, es común encontrar muchas mujeres con problemas sexuales, particularmente con anorgasmia. Estas mujeres no alcanzarán el orgasmo -por problemas específicos- aun cuando tengan relaciones sexuales con varones sin problemas de eyaculación precoz.
Desde esta perspectiva, Hellen Singer Kaplan, acuñó una definición sumamente práctica y congruente con la realidad. Según el criterio de Kaplan, un hombre padece de eyaculación precoz cuando:
“...carece de un control voluntario adecuado sobre la eyaculación con el resultado de que llega al clímax involuntariamente antes de quererlo... ".
De esta definición se deriva una conclusión sumamente útil: la eyaculación precoz no la define el tiempo, ni el número de movimientos pélvicos. La eyaculación precoz se define por el control que el varón puede ejercer sobre este reflejo.
Esto quiere decir que el problema no es que el varón dure poco o mucho, el problema es que el varón no pueda durar lo que él desee. En otras palabras, el problema es que el reflejo eyaculatorio suceda sin que medie la voluntad.
Desde un punto de vista práctico, lo ideal es que el varón esté en capacidad de tener tanto una relación rápida, casi de segundos; como una relación más duradera y plácida, dependiendo de sus deseos o del tiempo que disponga. Es decir, que esté en condición de durar mucho o poco, desencadenando el reflejo eyaculatorio cuando lo desee.
El otro gran aporte de esta definición, radica en el concepto de “control adecuado”. Muchos varones logran atrasar la eyaculación, pero no de una manera adecuada. Resulta más perjudicial la forma en que logran el atraso, que la misma eyaculación precoz. No se percatan que, lo que están logrando es sólo eso, un atraso en la eyaculación y no el control eyaculatorio.
Este atraso inadecuado de la eyaculación es el que se logra con la utilización del licor, de las cremas anestésicas y de maniobras como el uso del doble preservativo o la técnica de la distracción (pensar en otra cosa en plena relación sexual).
Estos métodos son poco eficaces, inadecuados y usualmente perjudiciales. Poco eficaces, porque apenas consiguen retrasar la eyaculación unos segundos; inadecuados, porque realmente no consiguen que el varón controle la eyaculación, que es lo realmente deseable y lo que le permitiría tener una relación sexual gratificante y usualmente perjudiciales, porque propician la impotencia y disminuyen el placer que se produce con el orgasmo.
FRECUENCIA
Siempre ha sido difícil precisar la incidencia de los problemas sexuales. Los entrevistados tienden a proteger su privacidad y, en algunas ocasiones, hasta dan respuestas jactanciosas sobre su conducta sexual.
Se han publicado algunos datos que deben ser siempre considerados como “la punta del iceberg”. Por ejemplo, en la primera mitad del siglo veinte, Kinsey reportó que el setenta y cinco por ciento de los hombres eyaculaban a los dos minutos de penetrar en la vagina. Posteriormente, otros autores estimaron que entre un veinte a un treinta y cinco por ciento de los norteamericanos sufren esta disfunción. Algunos reportes nacionales elaborados recientemente en nuestro Instituto, arrojaron cifras superiores al setenta por ciento.
Si bien la incidencia de este problema no está clara, hoy nadie duda que la eyaculación precoz es la disfunción sexual más frecuente del varón occidental.
TIPOS
Aunque en términos generales comparten un mismo origen, la eyaculación precoz se presenta de diferentes formas. No todos los cuadros son iguales, por eso existen diversas clasificaciones. Aquí mencionaremos las tres más útiles para el lector.
A continuación detallaremos cada una de estas formas de presentación de la eyaculación precoz.
BASANDOSE EN LA SEVERIDAD
EYACULACION PRECOZ LEVE
En los casos leves, el hombre logra el suficiente control eyaculatorio para proceder a la penetración y realizar unas cuantas embestidas pélvicas, pero no para llenar las expectativas personales y las de su pareja. Puede ser que en algunas ocasiones, la mujer alcance el orgasmo, pero esto no sucede en la mayoría de las relaciones sexuales.
Veamos un ejemplo tomado de nuestros archivos:
Jackeline es la esposa de Marcos, un varón que acudió al Instituto porque padece de eyaculación precoz. Ella describe el problema diciendo que en la mayoría de las relaciones sexuales:
“...cuando estoy a punto de alcanzar el orgasmo él termina, dejándome totalmente excitada y con una necesidad de continuar”.
EYACULACION PRECOZ MODERADA
En casos más acentuados, el varón logra la penetración, pero el control eyaculatorio es tan pobre, que la mujer no logra acercarse al orgasmo y no alcanza niveles significativos de excitación. En esta situación, la mujer pierde el gusto y el sentido por la relación sexual. El varón goza y participa, mientras que para la mujer, es casi como si no hubiera empezado.
Carlos y Sofía consultaron por una situación que ella calificaba de insostenible:
“…empezamos con besos, abrazos y caricias y todo va muy bien, pero cuando me penetra, termina de inmediato. Ni siquiera me he calentado cuando todo se acaba.”
EYACULACION PRECOZ SEVERA
En situaciones extremas, el varón no logra ni siquiera penetrar. La eyaculación sucede en pleno juego sexual o cuando apenas aflora la idea de proceder a la penetración. Esta es quizás la situación más frustrante y dramática para la psique del varón.
Esteban consultó por un cuadro de eyaculación precoz, que según decía, lo había alejado del sexo:
“Yo estoy con alguna muchacha y cuando las cosas van avanzando se dan las caricias sexuales y cuando todo está en lo mejor, me doy cuenta que ya sucedió la eyaculación y todo se acaba”.
BASANDOSE EN LA SITUACION EN QUE SE PRESENTA
EYACULACION PRECOZ GENERALIZADA
Se habla de una eyaculación precoz generalizada cuando ésta sucede en todas las experiencias sexuales, independientemente de la práctica sexual, de la pareja o de la situación. Esta forma de eyaculación precoz es la más frecuente.
Franklin es un joven ejecutivo que acudió a la consulta después de intentar resolver el problema de múltiples formas:
“...yo pensé que el problema era el trabajo, de manera que tomé unas vacaciones con mi señora pero las relaciones sexuales seguían mal, luego lo intenté con varias amigas y tampoco funcioné, después de varios intentos decidí acudir a un profesional...”
EYACULACION PRECOZ SELECTIVA
La eyaculación precoz selectiva es la que se presenta solo en determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando el varón sufre la eyaculación precoz solamente al momento de mantener relaciones sexuales, pero no cuando se masturba. Esta situación hace creer a muchos hombres, erróneamente, que no sufren de este mal.
Después de muchos intentos y luego de haber amenazado con poner fin a su relación, Elizabeth logró que Enrique aceptara una consulta sexológica. Él manifestaba que había venido obligado y que, de por sí, sabía que ella estaba equivocada.
“Yo no padezco de eyaculación precoz, a mí solo me pasa cuando estoy con ella, pero cuando me masturbo no me sucede. No tengo ningún problema”.
Otro ejemplo frecuente, es cuando el desempeño sexual masculino es adecuado con determinada pareja, pero caótica con otras; es decir, el hombre sufre de eyaculación precoz con ciertas parejas.
Edgar, un paciente de 35 años, se presenta a la consulta sumamente confundido. Luego de unos cuantos titubeos expresa su frustración porque solo puede funcionar bien con la esposa y no cuando le sale una oportunidad en la calle.
“Lo que pasa es que con la doña todo funciona bien, pero si me sale algo, ¡qué va! no cumplo”.
La eyaculación precoz selectiva está en relación con muchos factores entre los que sobresale, en primer término, el nivel de excitación; entre más excitación, es más probable que el problema eyaculatorio se manifieste de manera intensa y severa.
Por otra parte, está la tensión. Entre mayor sea el grado de tensión, mayor será la probabilidad de que se presente una eyaculación precoz. La tensión puede ser externa o interna (tensión mental, personal o emocional).
Debido a las dos razones antes expuestas, es más frecuente la eyaculación precoz selectiva en aquellos hombres que:
• Tienen parejas muy demandantes.
• Tienen a una pareja a la que desean impresionar sexualmente.
• Tienen una pareja a quien consideran superior.
• Tienen una pareja a la que consideran física o sexualmente muy atractiva.
• Tienen una baja autoestima sexual.
BASANDOSE EN EL MOMENTO DE LA APARICION
EYACULACION PRECOZ PRIMARIA
Nos referimos a una eyaculación precoz primaria cuando ésta se presenta desde las primeras experiencias sexuales, tanto masturbatorias como coitales. Este es el tipo más frecuente.
Muchos varones, cuando inician su vida sexual, creen que la eyaculación precoz es normal; consideran que el deseo contenido y la emoción justifican el mal desempeño. Sin embargo, con el tiempo, se percatan que la precocidad no cambia y que, más bien, se va acentuando.
En las etapas iniciales de la vida sexual, esta precocidad no le resulta problemática al varón. La mayoría de las relaciones sexuales son rápidas, aprovechando las oportunidades fugaces que se le presentan. Cuando el varón cuenta con un lugar propicio y dispone de tiempo para tener relaciones, se percata que no puede controlar la eyaculación.
EYACULACION PRECOZ SECUNDARIA
Este tipo de eyaculación es cada vez más frecuente. Es el caso del varón que sin haber padecido previamente del problema y teniendo un adecuado control eyaculatorio; en etapas avanzadas de su vida comienza a presentar paulatinamente un cuadro de eyaculación precoz.
Algunas veces, en realidad se trata de una eyaculación precoz situacional, producto de un cambio en el rol de vida del paciente que le genera stress, como por ejemplo, cambios de pareja, divorcio o situaciones de infidelidad.
EVOLUCION
Si el paciente que sufre de eyaculación precoz no recibe tratamiento, suele evolucionar de manera tórpida y el problema eyaculatorio se agrava paulatinamente.
Es probable que la vida marital se vuelva conflictiva, llena de reproches y con un fuerte distanciamiento sexual y emotivo que, en muchas situaciones, precipita la separación o condiciona una vida marital y familiar caótica.
Es común que estas parejas intenten reiteradamente superar su problema sexual sin asesoría profesional. Este proceder los lleva a coleccionar fracasos y la ilusión de gozar plenamente la sexualidad se esfuma con el tiempo.
Al cabo de los años, puede aflorar la infidelidad en ambos miembros de la pareja. En ella porque, al no disfrutar la sexualidad y sentirse responsable del mal desempeño del varón, desea comprobar si esto le sucede con otro compañero sexual. En él, porque guarda la esperanza de conseguir una adecuada relación sexual con otra mujer.
Es probable que existan muchos casos de eyaculación precoz provocados por alteraciones hormonales, sobre todo en aquellos pacientes en los que, de manera concomitante, hay fallas esporádicas en la erección o en el deseo sexual.
Por causa de estas alteraciones hormonales, muchos pacientes que sufren de eyaculación precoz, luego desarrollan cuadros de impotencia y de apatía sexual.
MECANISMOS
Es normal que, en los primeros encuentros sexuales, los jóvenes no sean conscientes de las sensaciones que el cuerpo experimenta. Muchos llegan al clímax y ni siquiera se percatan. Algunos, apenas lo advierten justo en pleno orgasmo o después, cuando observan sus prendas mojadas.
Conforme el individuo aumenta su experiencia sexual, se familiariza con las diferentes sensaciones, aprende a prolongar el placer y, por ende, a controlar el reflejo de la eyaculación.
Esta evolución no se presenta en el paciente con eyaculación precoz, debido a dos mecanismos que interactúan entre sí. Por un lado, hay una baja percepción de las sensaciones placenteras. El varón no tiene conciencia de que la eyaculación se presentará y, por lo tanto, no puede postergarla. Solamente se percata que la eyaculación está sucediendo o que ya sucedió.
Por otra parte, esta rapidísima eyaculación sucede tantas veces a lo largo del tiempo, que el cuerpo se acostumbra a terminar rápido y a ignorar las sensaciones corporales que preceden a la eyaculación. Aun cuando el varón trata de ponerse en contacto con esas sensaciones con el fin de postergar la salida del semen, no lo logra y la emisión del semen sucede rápidamente, como un acto reflejo.
Así, en el eyaculador precoz encontramos las siguientes dos variables: una baja percepción sensorial y una historia de coitos rápidos o masturbaciones apresuradas. Ambas condicionan, habitúan y acostumbran al cuerpo a eyacular rápido.
Posteriormente, aunque se disponga de privacidad, tiempo y quietud, el cuerpo reaccionará de manera refleja y desencadenará la eyaculación rápidamente, sin percatarse de sus sensaciones.
CAUSAS
Desde esta perspectiva, podemos entender que todo lo que propicie una percepción sensorial atenuada y experiencias sexuales rápidas, fomentará la aparición de la eyaculación precoz.
Encontramos entonces, cuatro grupos de causas de la eyaculación precoz, a saber:
1. Situacionales.
2. Psicológicas.
3. Físicas.
4. Psiquiátricas o psicológicas profundas.
CAUSAS SITUCIONALES
Estas son las más frecuentes. Se refieren a aquellas situaciones que disminuyen la percepción sensorial del varón sobre los fenómenos que preceden a la eyaculación:
SITUACIONES APREMIANTES
En nuestra sociedad es común que las relaciones sexuales sean rápidas y apremiantes, en situaciones donde el temor, la congoja y la ansiedad son el común denominador.
Las relaciones sexuales en sitios públicos, peligrosos o inapropiados, así como las relaciones ilícitas o aquellas que ocurren en ausencia de privacidad, propician una enorme ansiedad, así como el deseo de terminar rápido.
Todas estas situaciones provocan que el hombre se concentre más en el mundo externo para evitar ser sorprendido, que en las sensaciones placenteras que su cuerpo experimenta, lo cual origina la eyaculación precoz.
TEMOR AL EMBARAZO
El embarazo no deseado es una preocupación cada vez más frecuente en la población masculina. Mantener relaciones sexuales sin un método anticonceptivo efectivo, suele producir una enorme tensión que ocupa el marco de la conciencia del varón y lo distancia de las sensaciones placenteras.
Recordemos que en Costa Rica, la mitad de los niños son producto de embarazos no deseados, de manera que la ausencia de una anticoncepción eficaz contribuye, de manera considerable, a la génesis de la eyaculación precoz.
TEMOR A LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL
La publicidad tan notoria que se realizó en torno al SIDA, creó una enorme conciencia del riesgo de contagio de una enfermedad de transmisión sexual. Desdichadamente, algunos varones generan una fuerte aprehensión, al extremo que, en plena relación sexual, están pensando en el riesgo de ser contagiados y no perciben las sensaciones y placeres sexuales.
CAUSAS PSICOLOGICAS
Hay varones que cuentan con las condiciones adecuadas para mantener su vida sexual sana. Aun así, por razones estrictamente psicológicas, desarrollan cuadros de eyaculación precoz que no les permiten una vida sexual placentera, por factores como los siguientes:
COMPETITIVIDAD
La sexualidad no es una competencia, ni un partido, ni una carrera. Sin embargo, muchos varones no lo saben y hablan de sus conquistas como si fueran goles. Hablan de su vida íntima como si fuera una proeza deportiva y relatan su desempeño sexual como una hazaña para el registro de marcas.
Esta situación tiene severos efectos negativos sobre la sexualidad. Uno de ellos es, precisamente, la eyaculación precoz. Estos individuos permanecen ignorantes de sus sensaciones sexuales, al preocuparse más por igualar y superar marcas, al pensar más en lo que contarán después y no en lo que están sintiendo ahora. Por eso no logran controlar la eyaculación.
RENUNCIA ALTRUISTA
Históricamente, se creyó que el varón era el único que podía gozar y disfrutar de la sexualidad y que la mujer estaba limitada en su papel estrictamente reproductivo y pasivo sexualmente.
Conforme se gestaron las dos revoluciones sexuales, tanto hombres como mujeres se dieron cuenta que la sexualidad era un banquete para dos y fue ahí cuando el varón comprendió las delicias del disfrute mutuo.
Esto fue todo un avance en nuestra cultura. Desgraciadamente, algunos varones se concentraron más en propiciar deleite a su pareja que en procurar su propia satisfacción.
Estos varones están al tanto solo de las señales que emite el cuerpo de su compañera y desconocen sus reacciones corporales, experimentando un pobre control eyaculatorio.
En muchas ocasiones, en estos varones impera un profundo temor al rechazo o a la crítica por su desempeño sexual.
EXIGENCIA DE LA PAREJA
Algunas mujeres que han tenido un sinnúmero de experiencias sexuales frustrantes producto, en parte, de la eyaculación precoz de sus parejas, le piden al varón que no termine tan rápido, que trate de aguantar más y llegan hasta a utilizar un tono imperativo o de súplica.
El problema es que estos pedidos ocurren en media relación sexual y provocan una enorme tensión y responsabilidad en el varón, así como un miedo al fracaso. Esto lo vuelve más distante de sus sensaciones y, por ende, más vulnerable a eyacular rápidamente.
La cama no debe ser un sitio de discusiones. Es conveniente que las parejas hablen sobre sus deseos sexuales y que también expresen sus frustraciones, pero esto nunca debe suceder en el transcurso del acto sexual.
SENTIMIENTOS DE CULPA
También se ha documentado que un grupo de eyaculadores precoces sufren intensos sentimientos de culpa que no les permiten reconocer sus sensaciones sexuales.
Estos individuos viven en una constante angustia. No logran “soltarse”, “dejarse ir”, ni disfrutar relajados del deleite sexual. La culpabilidad los conduce a un bloqueo mental de las sensaciones emanadas del cuerpo.
Esto suele suceder con las personas que han sido criadas bajo esquemas educativos saturados de ideas sexuales negativas y distorsionadas, en donde muchas de las prácticas sexuales son consideradas “malas”, “pecaminosas” o “dañinas”.
CAUSAS FISICAS
Desde la década de los sesenta, se ha señalado reiteradamente que la eyaculación precoz rara vez es producto de una enfermedad física.
Por esta razón, los tratamientos clásicos van dirigidos a resolver las causas situacionales y a reestablecer el control sobre el reflejo eyaculatorio.
Además, se mencionan como probables causas físicas las inflamaciones e infecciones del aparato sexual masculino, como en la próstata, testículos o vejiga, entre otros.
Valga señalar que la eyaculación precoz ocurre en los pacientes gravemente enfermos, ya sea por alteraciones en el sistema nervioso central o por enfermedades severas que alteran el reflejo eyaculatorio.
CAUSAS PSIQUIATRICAS O PSICOLOGICAS PROFUNDAS
Como mencionamos en el capítulo 1, la sexología, como rama formal de la ciencia, tiene escasos cien años y la labor de investigación sexual a nivel de laboratorio, apenas lleva cincuenta años. Esto ha significado un atraso enorme en la comprensión de las diferentes disfunciones sexuales y en la difusión de ese conocimiento.
Por eso, aun persisten algunos criterios totalmente errados, que fueron considerados válidos en los siglos anteriores. Vale la pena comentarlos, ya que todavía hay personas que no se han enterado que estas concepciones están totalmente superadas y que son obsoletas.
Por ejemplo, por mucho tiempo se creyó que la eyaculación precoz era causada por un trastorno psicológico profundo originado por conflictos en la infancia.
Se pensaba que conflictos en la relación padre-hijo, provocaban un odio marcado y una desconfianza acentuada del varón hacia las mujeres. A la vez, le producía al niño severos sentimientos de culpa y formas tórpidas de abordar el amor y la sexualidad, los cuales, en la vida adulta, se traducían con la precocidad de la eyaculación.
También se creía que los varones que padecían de este mal, en realidad estaban enojados con las mujeres y además, se sentían culpables por gozar de la vida sexual. Inconscientemente eyaculaban rápido con el fin de privar a la mujer del goce sexual y, a la vez, se auto castigaban.
Hoy sabemos que estas explicaciones son absolutamente falsas y, aunque todavía algunas personas las aceptan, los principales sexólogos del mundo las reprueban de manera categórica.
Desde luego, los pacientes psiquiátricos y las personas con problemas psicológicos, al igual que cualquier otro varón, pueden y suelen desarrollar problemas eyaculatorios; pero por las causas que hemos anotado previamente y no por su problema psicológico de fondo.
En realidad, la mayoría de los eyaculadores precoces son personas psicológicamente sanas que no tienen ninguna alteración en su mente ni en su desarrollo psico-infantil. En general, su perfil psicológico y mental es similar al resto de los varones que no sufren de eyaculación precoz.
OTROS FACTORES IMPLICADOS
ASPECTOS SOCIO CULTURALES
En nuestros países, existen varios factores que propician las relaciones sexuales en situaciones apremiantes. En primer término, hay una negativa a la vida sexual premarital. A pesar de que quizás la mayoría de los padres suponen que sus hijos y, particularmente sus hijas, han iniciado su vida sexual; impera un velo de censura, que impide que padres e hijos puedan hablar abiertamente sobre el tema. Por eso las relaciones sexuales, en términos generales, se realizan a espaldas de los padres y bajo una enorme tensión para el hijo.
Esto aunado a la limitada situación económica de los jóvenes (quienes usualmente están estudiando y no cuentan con ingresos propios), condicionan que su vida sexual suceda en lugares poco adecuados como por ejemplo, cines, automóviles y hasta en lugares peligrosos, como sitios oscuros, lejanos y solitarios.
Curiosamente, este problema no sucede sólo con los jóvenes, sino también con los adultos jóvenes y con los adultos que viven con sus padres y que no cuentan con un apartamento, una casa o una habitación donde disfrutar plenamente su vida sexual.
En nuestros países, es frecuente que muchas parejas se casen y se vayan a vivir a casa de los suegros. Esto conlleva una pérdida de la privacidad; cualquier suspiro o sonido sexual puede ser escuchado por el resto de los miembros de la familia. No cabe duda que esto impide la concentración sexual adecuada.
Es frecuente en nuestra sociedad que la privacidad se pierda cuando por razones económicas, las parejas tienen solo un cuarto que comparten con los hijos. Esto obliga a que el acto sexual se posponga a altas horas de la noche, con la angustia de no provocar ruidos que despierten a los infantes. También se pierde la privacidad cuando los hijos acostumbran pasarse al cuarto de los padres en horas de la madrugada.
En los hombres casados, se pueden presentar situaciones equivalentes, cuando sucede una infidelidad. En estas relaciones fuera del vínculo, es usual que la aprehensión y el miedo propicien relaciones rápidas saturadas de temor.
FUERZA DE LA COSTUMBRE
Cuando las relaciones sexuales rápidas predominan en la vida sexual masculina, pueden generar cuadros de eyaculación precoz a través de un fenómeno que se denomina “condicionamiento”.
Este condicionamiento consiste en que el cuerpo se acostumbra o se habitúa a terminar rápido, de tal manera que, aunque el varón cuente con todo el tiempo del mundo y desee prolongar el acto sexual, no puede evitar una eyaculación temprana.
Desdichadamente, hoy las parejas no tienen tiempo para la sexualidad. Tienen pocas relaciones sexuales y cuando las tienen, es a altas horas de la noche, justo cuando aflora el cansancio y el sueño, de manera que, con frecuencia, prefieren hacerlo rápido para dormir y descansar.
MASTURBACION
Hace unos años, se publicaron algunos reportes que señalaban que la masturbación utilizando fotografías podía acentuar la precocidad de la eyaculación. Esos reportes señalaban que si la masturbación se realizaba con videos o imágenes mentales, no provocaba daño alguno.
Hoy se considera que la masturbación, independientemente del estímulo sexual, no provoca ni propicia la eyaculación precoz y más bien, con frecuencia, se recomienda en algunas etapas del tratamiento.
COITO INTERRUMPIDO
Algunos autores han relacionado el método anticonceptivo llamado coito interrumpido con la eyaculación precoz. Debemos recordar que este método consiste en retirar el pene de la cavidad vaginal antes de que ocurra la eyaculación. El varón se expone a altos niveles de tensión por el miedo a que una falla conlleve a un embarazo no deseado.
FACTORES NO IMPLICADOS (MITOS)
Debido a que el estudio de la eyaculación precoz es relativamente reciente (segunda mitad del siglo anterior), todavía persisten algunas teorías sobre sus orígenes, que están firmemente arraigadas en el ámbito popular. Entre ellas tenemos las siguientes:
LA CIRCUNCISION EVITA LA EYACULACION PRECOZ
Este concepto nace de la idea errada que hemos expuesto a lo largo de estos capítulos, de que la eyaculación precoz es provocada por una sensibilidad aumentada. Acorde a esta teoría, si se expone el glande, quitándole el prepucio; el pene se vuelve más refractario a los estímulos y, en consecuencia, se atrasa la eyaculación.
Hoy sabemos que la circuncisión no es un tratamiento para la eyaculación precoz. No hay diferencia en el desempeño sexual de los varones con prepucio de aquellos que no lo tienen.
ALTERACIONES FISICAS
Inicialmente se creía que la eyaculación precoz era producto de una inflamación prostática, urinaria o testicular. Hoy ese concepto está totalmente superado. Se han descrito solo en casos rara vez vistos.
LA EDAD
Es normal que conforme pasan los años, el reflejo de la eyaculación se vaya atrasando. Esto hace creer a muchos varones que es cuestión de esperar y que la eyaculación precoz desaparecerá sola. La eyaculación precoz no desaparece con la edad, por eso es frecuente encontrar adultos mayores que padecen de esta disfunción agravada porque, con frecuencia, cursan con enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial que pueden provocar alteraciones en la erección (impotencia).
EXAMENES DE LABORATORIO
Parte la rutina de nuestro Instituto, es iniciar el abordaje del paciente que sufre de una eyaculación precoz con un chequeo médico.
Es usual encontrar ciertas alteraciones físicas y quebrantos en la salud del varón, que pueden influir negativamente en el resultado del tratamiento de la eyaculación precoz.
Tal es el caso de la diabetes, la hipertensión arterial, las alteraciones de ciertas glándulas como tiroides, testículos, hipófisis y los problemas de la próstata, los cuales pueden estar presentes hasta en un cuarenta por ciento de los pacientes que padecen de eyaculación precoz.
Esto es relativamente común en nuestra cultura porque los varones evitan los exámenes y la consulta médica.
REACCIONES DEL VARON
El varón que sufre de eyaculación precoz tarda mucho tiempo en darse cuenta que sufre un problema y, entre excusas y autoengaños, prolonga su errático desempeño sexual.
Con frecuencia, se dice a sí mismo que eso es normal, que en realidad todos los hombres son así y que su eyaculación no es ningún problema. También suele justificarse: “es que tenía muchas ganas” o atribuye su eyaculación tempranera a la belleza de la pareja.
Esta etapa, llena de excusas, se prolonga de manera indefinida, hasta que el varón toma conciencia de su limitación de varias formas:
• Algún amigo, confidencialmente, le comenta que tiene problemas para controlarse y que termina muy rápido. Esto lo insta a reflexionar, al darse cuenta que lo que para él era normal, para otros es un problema.
• Otras veces, observa un reportaje en los medios de comunicación y se entera que el desempeño sexual puede ser diferente. Se da cuenta que su problema se llama eyaculación precoz y que él, al igual que muchos, desconocía que fuera una enfermedad.
• La pareja, de una manera franca y directa, le hace saber al varón que está durando muy poco. Esto ocurre raras veces porque, en nuestra cultura, el tema sexual sigue siendo un tema muy sensible.
• La pareja, de manera indirecta, consciente o no, manda una serie de mensajes que le permiten al hombre percatarse de su mal rendimiento sexual.
• Alguna mujer, de manera explícita y a veces sin el tacto suficiente, le entera súbitamente sobre su mal desempeño.
• En ocasiones, después de años de silencio, algunas mujeres optan por hablar y recurrir al ultimátum “o buscas ayuda o nos separamos”.
Una vez que el varón es consciente de su problema, entra en una etapa de duda y aceptación. Algunos desechan la idea de estar sexualmente mal y continúan con su errado desempeño y otros, de manera dolorosa pero esperanzada, admiten su situación.
Con la aceptación del problema, el asunto se vuelve más complicado. Ahora el varón siente pena, vergüenza y hasta temor de mantener relaciones sexuales.
Se esfuerza constantemente por controlar la eyaculación e intenta el control con una y mil piruetas las cuales, en el mejor de los casos, apenas logran atrasar en segundos la eyaculación.
Concomitantemente, el varón llega a albergar la duda si el problema se presentará con otras mujeres. En algunos casos opta por episodios de infidelidad, con los cuales confirma que “el frío no está en las cobijas”, que el problema eyaculatorio se presenta también con nuevas parejas y de manera más acentuada, es decir, su desempeño sexual tiende a empeorar.
Después de múltiples intentos fallidos, el varón tiende a evitar las relaciones sexuales porque el desenlace le resulta sumamente frustrante. Si es casado, alega que está cansado, que ha tenido mucho trabajo, que no se siente bien; en fin, busca excusas para evitar el sexo. Si es soltero, se aleja de las situaciones que lo pueden conducir a un encuentro sexual, esquiva actividades sociales y hasta se vuelve un “hombre difícil”.
En esta etapa surge la necesidad de ayuda, la cual, en nuestros países suele buscarse a nivel no especializado, es decir, con amigos, artículos en Internet, artículos de revistas o con tratamientos naturales, homeopáticos y hasta se recurre a curanderos y adivinos.
Esta ayuda no calificada tiende a agravar el problema en vez de solucionarlo. Por un lado, aleja al varón del verdadero tratamiento y, por otro, lo hace creer que su caso es realmente difícil.
Puede que recurra al licor porque algún amigo le dijo que eso funciona; que compre cremas anestésicas o que opte por el “viejo truco” de pensar en otras cosas en plena relación sexual. Evidentemente, estos remedios populares no surtirán efecto y el cuadro de eyaculación precoz se tornará más severo.
Es importante señalar que muchos hombres en nuestra sociedad padecen de eyaculación precoz y la mayoría termina resignándose a vivir con su problema, porque desconocen que hay tratamientos científicos.
REACCIONES DE LA MUJER
La pareja del varón que padece de eyaculación precoz, evidentemente se ve afectada. El problema se convierte en una situación agobiante, difícil de hablar y que suele postergarse por años.
Muchas mujeres, ante la dificultad de encontrar un momento propicio para conversar sobre el problema, optan por callar. Aceptan y se acostumbran a penetraciones fugaces y cortas, que las dejan insatisfechas, con ganas y que, al cabo del tiempo, producen una marcada desmotivación y apatía por las relaciones sexuales.
La mujer siente congoja por lo que le sucede a su pareja y desea que él no se percate que la penetración ha sido insuficiente para el verdadero deleite. Entonces, finge la satisfacción y finge el orgasmo, lo que la sumerge en una frustración sexual cada vez más pronunciada.
Otras mujeres interpretan la precocidad eyaculatoria del varón como un acto voluntariamente egoísta, donde solo él disfruta. En esos casos, la mujer reclama, se enoja y emplaza al varón para que mejore el rendimiento sexual, como si fuera algo que él pudiera resolver de la noche a la mañana. La mujer ignora que el varón, por más que trate, no puede atrasar la eyaculación.
En estas parejas, la mujer tiende a tener menos relaciones sexuales porque se siente usada. Se crea una situación muy tirante, casi de ruegos y de falsas promesas de cambio por parte del hombre para que ella acceda a la intimidad sexual.
En algunos casos, en el ámbito mental comienzan a florecer pensamientos negativos. La mujer se cuestiona si ya no es atractiva sexualmente para el hombre, si él perdió interés o si la incapacidad del varón para superar esta disfunción es una clara señal de que ya no la quiere.
Esta problemática se arrastra por años y, como mencionamos, las soluciones simples, no profesionales y, ante todo, ineficaces, van minando la esperanza de llegar algún día a disfrutar plenamente la vida sexual.
Las frustraciones sexuales dentro del núcleo de la pareja suelen tener repercusiones en áreas no sexuales. Las buenas relaciones de pareja se entorpecen y provocan enfrentamientos por asuntos simples, banales y de poca importancia.
No es raro encontrar mujeres que, producto de su insatisfacción sexual, busquen gratificación sexual fuera del vínculo afectivo. Recurren a episodios de infidelidad que suelen ser poco placenteros, por la tensión que implican y, además, porque la eyaculación precoz es tan frecuente, que con frecuencia el nuevo amante también sufre de este mal.
Algunas parejas, mucho más creativas en el plano sexual, aprenden a vivir con la eyaculación precoz. Prolongan los juegos previos a la penetración y, en muchos casos, propician orgasmos a través de caricias sobre el clítoris. Así, aunque la penetración sea sumamente rápida, la mujer ya ha disfrutado el acercamiento sexual.
Otras veces, las parejas descubren que en un segundo acto sexual, la eyaculación sucede más tardíamente. Programan sus encuentros sexuales previendo dos relaciones sexuales en lugar de una, con lo cual aumenta el placer.
Estos dos abordajes son totalmente válidos y producentes. Sin embargo, evidentemente hablan de una adaptación de la pareja a la disfunción sexual y no de una solución del problema.
Es importante señalar que algunas mujeres son muy rápidas para alcanzar el orgasmo. Para ellas, el hecho que el varón no logre controlar la eyaculación, las hace sentirse muy atractivas e irresistibles. Disfrutan de las eyaculaciones rápidas y las entienden como un signo de excitación pronunciada. Esta situación, aunada a la facilidad para llegar al orgasmo, hace que no vean la eyaculación precoz como un problema.
TRATAMIENTOS
Los tratamientos para la eyaculación precoz cambiaron de manera radical en los años sesenta. Los descubrimientos de Masters y Johnson, con su método llamado “terapia sexual”, lograron tasas de curación sumamente altas, cercanas al noventa y cinco por ciento.
Anteriormente se utilizaban medicamentos, terapias psicológicas y remedios caseros para enfrentar esta disfunción. Sin embargo, la efectividad de esos tratamientos es tan baja, que hoy rara vez se utilizan.
Recientemente, se le ha dado mucho énfasis a la investigación de nuevos medicamentos; sin embargo, todavía no contamos con resultados alentadores.
CUANDO CONSULTAR
La mayoría de los varones retrasan la consulta médica, esperando que la eyaculación precoz ceda espontáneamente, o con tratamientos espurios. Entre más rápido consulte el paciente, más rápida será la recuperación y menor el impacto sobre la dinámica de la pareja.
Por otra parte, es necesario señalar que es normal que eventualmente suceda una eyaculación sumamente rápida. Si es un hecho esporádico y aislado, no debe ser razón para consultar. Pero si el varón no logra controlar la eyaculación en la mayoría de las relaciones sexuales o si la falta de control produce problemas en la pareja o angustia e inseguridad en el hombre, se debe consultar inmediatamente.
REMEDIOS POPULARES
En el ámbito popular existen mil y una recetas para contrarrestar la eyaculación precoz. Todas ellas se basan en el concepto equivocado de que el problema radica en una sensibilidad aumentada. Por eso, estos remedios tratan de disminuir las sensaciones que se suscitan en el acto sexual.
Cabe recordar que las sensaciones crecientes, impetuosas y sumamente placenteras son normales. Que un varón sienta y sienta mucho es lo deseable. El problema del eyaculador precoz no reside en la sensibilidad, reside en la carencia de control para prolongar este placer. O sea, el problema del eyaculador precoz es que acaba muy rápido, no que siente mucho. En el eyaculador precoz hay una baja percepción de las sensaciones placenteras que le impide prolongar el placer y el acto sexual.
Ante el desconocimiento de estos aspectos, algunos varones logran controlar parcialmente la eyaculación con una serie de trucos que, aunque en algunas ocasiones pueden resultar efectivos, suelen ser perjudiciales. Entre ellos figuran:
LICOR: Es bien sabido que el licor en dosis pequeñas puede atrasar el reflejo eyaculatorio. Sin embargo, en dosis mayores, afecta el reflejo de la erección provocando cuadros de impotencia.
TECNICA DE LA DISTRACCION: Esta es una maniobra sumamente utilizada, que consiste en pensar en otras cosas en plena relación sexual. Se piensa en aspectos del trabajo, del deporte, en las cuentas, en lo que sea, con el fin de disminuir la excitación y prolongar, por escasos minutos, el reflejo eyaculatorio.
Además, mantener relaciones sexuales pensando en otra cosa, priva al hombre del placer sexual y marca una distancia muy notoria hacia la pareja.
RELACION MECANICA CONTROLADA: Con tal de evitar la eyaculación, algunos varones optan por disminuir las caricias y los movimientos pélvicos de penetración. Convierte así el acto sexual en una faena cuidadosa, mecánica y estresante, contrario a lo que realmente debe ser, un acto gratificante, espontáneo y relajado.
ANESTESICOS: A nivel popular se cree que el tratamiento científico consiste en el uso de “sprays” o cremas anestésicas para atenuar las sensaciones. Sobra decir que esto aporta poco o nada a la solución del problema y tiende a anestesiar e irritar el tejido vaginal. Además, si se practica el sexo oral, deja la boca con una sensación similar a la que se produce cuando el dentista aplica anestesia local.
5. Bebidas estimulantes: El uso de bebidas caseras y diferentes tipos de té, a los que se les atribuye efectos tranquilizantes, rara vez funciona, ya que su principio activo suele estar muy diluido. Aun cuando atrasaran el reflejo eyaculatorio, también atrasarían otros reflejos corporales, entre ellos el de la erección.
DOBLE PRESERVATIVO: Otro de los consejos populares consiste en colocarse dos o más preservativos, con el fin de disminuir las sensaciones placenteras. Es tan inefectivo como los métodos anteriores, ya que el problema no es que el varón experimente el placer, sino que no sea capaz de prolongarlo.
Es fácil imaginar lo patético que resulta un varón que, antes de cada relación sexual se toma una o dos cervezas, un té, se coloca una crema anestésica y además, utiliza doble preservativo. Con solo ese preámbulo, se puede pronosticar el mal desempeño sexual.
Al analizar todas estas condiciones, es fundamental recordar que, en todo caso, la verdadera solución consiste en alcanzar el control de la eyaculación, que el varón la pueda provocar cuando lo desee y, a la vez, sienta y disfrute la relación sexual.
El lector debe ser sumamente cuidadoso. En la actualidad abundan un sinnúmero de páginas en Internet que divulgan, comercian y promueven la utilización de estos falsos métodos de control eyaculatorio.
TRATAMIENTOS CON BASE EN MEDICAMENTOS
Actualmente, se han descubierto varios medicamentos que atrasan el reflejo de la eyaculación. Sin embargo, la mayoría no son específicos, es decir, no están destinados solamente a inhibir el reflejo eyaculatorio. También actúan a otros niveles, pudiendo provocar letargo, pereza, problemas en el ánimo, somnolencia, pérdida del deseo y a veces problemas de erección. En términos generales, no compartimos la idea de utilizarlos, salvo en casos muy especiales.
La mayoría de los fármacos que pueden ser útiles en el tratamiento de la eyaculación precoz son medicamentos psicotrópicos , por lo que no recomendamos su utilización.
VIAGRA O HEREX
El Sildenafil, mejor conocido como Viagra, es una droga realmente milagrosa que ha beneficiado a una inmensa cantidad de pacientes que sufren<