TIEMPO DE RECARGA O DE DESGASTE
SEMANA SANTA
Es preciso saber vivir
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Durante mucho tiempo la semana mayor era una conmemoración social destinada a la reflexión personal y social. Entre procesiones y misas, entre sermones y confesiones, entre incienso y ayunos; los ticos, a su manera, evocaban los nobles ideales y se proponían firmemente mejorar como personas.
Hoy el trajín del trabajo, las faenas hogareñas, el rol con los hijos, y tantas actividades cotidianas nos han secuestrado el tiempo para la pareja, para los hijos, para el amor, para el relax, y la tranquilidad tanto que, se ha vuelto ya tradicional tomar estos días santos para la recreación. Aun cuando muchos lo censuran apelando al verdadero sentido religioso de estos días, no cabe duda que en una sociedad pluralista el respeto es la clave.
Al margen de esos debates, si resulta preocupante cuando las familias que tomaron estos días para descansar, para recrearse, para fortalecer los vínculos de pareja y las relaciones con los niños, se percatan, hoy domingo, que la semana se les fue en blanco, que en poco ayudó estos días libres a la cohesión familiar y al convivio hogareño. Unas veces porque el licor, las mismas drogas satinaron de dolor estos días santos.
En otros porque una vez más nos perdimos en encuentros con amigos y hasta extraños y relegamos a la pareja y a la familia a un segundo plano. Otros, porque destinaron el tiempo a compromisos con suegros y vecinos que a la larga los dejó sin tiempo ni espacio para la intimidad que hoy toda familia requiere y necesita.
Por eso, hoy es un buen día, para evaluar lo sucedido esta semana. ¿Destinamos tiempo al amor? ¿Nos divertimos con los hijos? ¿Realmente descansamos o más bien estamos apaleados de la semana? ¿Fue un tiempo de descanso, de recarga o de desgaste? Y quizás, lo más importante es si después de estos días santos estamos mejor, como personas, como pareja y como familia.
O si por el contrario terminamos la semana con unos kilos de más, con distanciamientos y disputas maritales y con una amarga dinámica familiar. Si así fuera, es importante buscar ayuda porque es preciso saber vivir.