ME ESTOY ESTRENANDO COMO SUEGRA
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Soy una mujer casada de 49 años. Yo tuve a mi único hijo tarde en mi vida. Por gracia de Dios me salió muy responsable, y estudioso. Aunque tuvo varias noviecillas ahora lleva dos años saliendo con una muchacha. Ellos son muy independientes, los dos ya se graduaron y están haciendo planes para casarse. Uno siempre escucha que las suegras son un demonio, que son lo peor, y yo no quiero ser así.
La figura de la suegra ha sido endemoniada en nuestra cultura. Comentarios, chistes, bromas, sarcasmos y demás circulan en nuestro medio, haciendo mención de los múltiples defectos que ostenta la suegra y que atentan contra la relación de pareja.
Concomitantemente, en nuestro medio la figura más alabada es la madre, a quien caracterizamos con múltiples atributos de bondad, renunciación, afecto, cariño y amor. El amor de madre es, en nuestra sociedad, la máxima expresión de afecto.
Una simple reflexión nos hace ver la enorme contradicción que se esconde detrás de estos reduccionismos, en el sentido que el ser más perverso, la suegra, y el ser más angelical, la madre, son la misma persona, vista desde perspectivas diferentes.
Al margen de que deben existir suegros difíciles, debemos entender que con frecuencia las parejas desean dar rienda suelta al amor sin mirar consecuencias, y es ahí donde los padres, suegros a la vez, ponen un freno, hacen un alto, expresan su oposición orientada a que se siente cabeza en ciertas decisiones, para evitar que a esa pareja se le complique la vida.
Probablemente los suegros complacientes, que todo lo consienten, aunque suelen ser bien vistos por las parejas, en el fondo que es la vida, son precisamente esos, los verdaderos malos suegros.