PREGUNTAS COTIDIANAS
MI ESPOSO ENGORDÓ Y YA NO ME ATRAE
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Soy una mujer de 29 años. Tengo dos años de casada. Mi esposo me parecía el hombre más guapo de la Tierra. Pero en el último año ha aumentado cerca de quince kilos. Ahora tiene una panza enorme y, aunque no le he dicho nada, sexualmente perdió el atractivo. Me siento mal porque uno no debe fijarse solo en eso, y para mí el cariño no ha cambiado, pero sexualmente siento que las cosas ya no son iguales.
Sin duda el sobrepeso y la obesidad se han convertido en una verdadera epidemia en nuestra cultura, con el agravante que condicionan diversas enfermedades serias y letales. Se calcula que tres de las principales causas de muerte en nuestro país están relacionadas directamente con los problemas de peso. Mencionarlo es importante porque a veces solo se piensa en la obesidad en función al buen aspecto, la belleza y los estereotipos imperantes, cuando en realidad debemos combatirla sobre todo por razones de salud.
Desde luego, los aspectos sexuales también se ven afectados cuando se van acumulando muchas libras de más. En el hombre puede perjudicar la erección, así como propiciar problemas eyaculatorios y dolor con las relaciones sexuales. En la mujer dificulta la consecución del orgasmo y la lubricación; además, es causa de dolor y molestias con la penetración.
La esfera de la atracción también se ve comprometida, sobre todo en esta época en la que el ideal de belleza en ambos es la buena figura. Por eso, es comprensible la pérdida del atractivo. En esas circunstancias, en el nombre de la salud, la sexualidad y el vínculo, es importante motivar a la pareja para que asuma un plan de control de peso.