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La soledad en la salud mental

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La soledad en la salud mental

Dr. Winston Villamar F. Phd.

Médico Psiquiatra

 

 

Escribir al DR. Mauro Hoy

¿De qué manera interviene la soledad en la salud mental?

La soledad no es silenciosa. Siempre se dan en ella "voces" (sonidos, mensajes) que vienen desde afuera o desde adentro; desde el pasado, el presente o el futuro; audibles o inaudibles; conscientes o inconscientes; comprensibles o no. Pero siempre están ahí. ¿Por qué algunos no las oyen y por qué otros sí, a veces de manera muy perturbadora, a veces de modo muy placentero? Es lo que vamos a tratar de dilucidar en este breve ensayo.


En principio habría que afirmar el que no siendo silenciosa, la soledad puede ser percibida como la falta de..., lo que traería la búsqueda de llenar el vacío con lo que uno cree que podría ser suficiente (con la ilusión de que sería en alguna manera efectivo, o funcionar por lo menos como un placebo o incluso como substituto menos doloroso): una pareja, el alcohol, la droga, el bullicio de una fiesta, viajar, emprender un proyecto, etc. El problema con estos substitutos se da porque no se mantienen de manera auténtica o sana, y siempre pasan, crean mayores problemas o simplemente "no llenan", con lo que vuelve el hastío, probar nuevas cosas, sin que se pierda la cadena viciosa con eslabones sin sentido.


En la búsqueda de la génesis de esta vivencia gravísima para la salud mental (porque no siempre lleva a estados psiquiátricos típicamente clínicos sino que se queda en la vivencia diaria de una cultura sin sentido teleológico del ser), creo que el error está en una apreciación fenoménica de la soledad como la falta de... Con esto quiero afirmar que el desencuentro consigo mismo (que es otra forma de referir a la soledad sin referente) no se da por una falta de... sino por un despegamiento de..., en este caso de la realidad. Visto espacialmente, sería como que el yo y su realidad estuvieren despegados, y en ese vacío entre continente y contenido se intentara poner substitutos al procedimiento sano de tomar conciencia, es decir, de "re-conocer" lo que tenemos para nuestro disfrute en supervivencia y sentido de la vida. Para que tal función integrativa funcione, habría que recordar que este es un trabajo de la voluntad, donde la persona, en lugar de sentir vivencias vacías con búsqueda de rellenos inadecuados, se orientaría a valorizar su entorno y su propio valor como persona. Salirse del pegamiento con la nada y "tocar" la vida en lo que constituye sus recursos. Es cuando descubre que el mismo hecho de respirar ya es significativo, y si a este le comienza a agregar detalle tras detalle, en un momento dado se va a sorprender de cuánto "tiene" en su vida, y que está ahí para que lo disfrute.

Entonces, los substitutos desaparecen, y la forma auténtica de ser-ligado-a-la-vida le producirá, por lo menos, las siguientes ventajas:

1. Al estar sola, la persona no se sentirá aislada.
2. La soledad será un tiempo de evaluación en el nivel que sea necesario, para afirmar esta "compañía" con su realidad.
3. En su evaluación, hará ajustes, prevenciones, planes de mejoramiento, o simplemente dejará a su mente "flotar" en la afirmación de sí misma.
4. Aprenderá a tener momentos mayores y menores de soledad afirmativa. Así, la soledad dejaría de parecer silenciosa o de presentarse de manera perturbadora.

Obviamente, como todos sabemos, la vida es un claro-oscuro.
Atentamente,
Dr. Winston Villamar.


Un pensamiento

"Cuando estoy solo, nunca dejo de estar conmigo mismo, y eso debería ser el principio". 


SECCION PREGUNTAS

(La invitación es a enviar sus preguntas, una por vez, en no más de dos líneas. De los lectores que nos escriben, ponemos solamente sus iniciales, en función de la privacidad)

En relación al Boletín anterior ("¿Cuál es el papel de la imitación en la salud mental?") hemos recibido la siguiente pregunta, de S. B. P., que dice:


"¿Podría darme un ejemplo sobre el factor genético (predisposición) y el epigenético (imitación y procesamiento de ella) para tratar de comprenderme dentro de mi realidad?"


Respuesta: El ejemplo más típico sería el del lenguaje: nacemos con la predisposición a manejar el idioma, de manera general, este sería el factor genético o predisponente. Luego, dependiendo del lugar donde crezcamos, adquiriremos, por imitación, el idioma que escuchemos, el que sería por lo tanto el factor epigenético, por ejemplo imitando el español, el cual procesamos durante nuestra vida con un estilo personal.


REVISION DE OBRAS

Como posiblemente usted ya ha leído el clásico "El extranjero" (1.942) de Albert Camus, me permito sugerirle del japonés Haruki Murakami, "Kafka en la orilla" (2.002), una novela donde el nombre Kafka no responde directamente a Franz Kafka (el escritor checo, nacido en 1.883), ni siquiera al personaje principal, Kafka Tamura (que lleva, como vemos, el mismo nombre). Creo que ilustra de manera muy significativa el tema propuesto en este Boletín.

 

 

 

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