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Un duro proceso.

DIVORCIO

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DIVORCIO

Cerca del 50% de las parejas terminan divorciándose...

Escribir al DR. Mauro Hoy

La vida marital ha tomado nuevos rumbos en las últimas dos décadas, los divorcios afloran al extremo que algunos estudios indican que cerca del 50% de las parejas terminan divorciándose, y desdichadamente muchas de ellas asumen esta decisión después de tener varios hijos. El divorcio es una calamidad, y muchas veces se vuelve una auténtica tragedia para los miembros de la pareja, en donde no cabe duda que el que no quería la separación es el que lleva la peor parte y es el que usualmente no estaba preparado para la ruptura.

Sin embargo, la vida del adulto implica saber manejar las separaciones, donde el divorcio se vuelve realmente perjudicial es con los infantes quienes muchas veces a tierna edad tienen que lidiar con los distanciamientos que se producen y con la disgregación del hogar. La presión social entorno a una separación suele ser magna y muchas veces los miembros de la pareja se ven tentados a expiar tanta culpa y responsabilidad contándole a todos versiones maniqueístas sobre el convivio marital, revelando intimidades o sencillamente ofendiendo a la pareja y muchas veces delante de los hijos.

En nuestra sociedad abundan quienes están dispuestos a escuchar y propiciar todos estos altercados, sin meditar lo dañinos que resultan para todos pero sobre todo para los niños De alguna manera los especialistas en conducta humana tratamos de indicarle a las parejas divorciadas que si no fueron capaces de vivir juntos, tienen que ser capaces de vivir separados compartiendo de manera armónica los infantes.

Es común que los procesos de separación vayan acompañados de una serie de desplantes y orgullos que simplemente reflejan la enorme inmadures de ambos, y es deseable que estas posturas cesen con la separación para que los niños no tengan que seguir viviendo el infierno que resulta ver a las dos figuras más importantes de sus vidas “agarrados del moño”

La navidad, las vacaciones, los cumpleaños, los fines de semana no son diversiones por si mismas, no hay recreación que valga si se esta en medio de una tormenta familiar, si dos adultos gastar sus vidas en enfrentamientos eternos, es cosa de ellos, pero no es justo, no es válido, nos es conveniente tal proceder cuando involucra a nuestros ojos: los niños.

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