Vivir en pareja, sentirse querido y comprendido son sensaciones difíciles de igualar o de sustituir con otras actividades.

La vida marital representa uno de los retos más difíciles y gratificantes para el ser humano. Vivir en pareja, sentirse querido y comprendido son sensaciones difíciles de igualar o de sustituir con otras actividades. Muchas parejas inician su relación brindándose mutuamente apoyo, entendimiento y hasta refugio ante la adversidad. Sin embargo, es común observar como la rutina del cada día hace que muchos encaren la problemática de la vida laboral o académica y se olviden de fortalecer los lazos de unión con su compañero.

Un requisito fundamental del amor es el tiempo, la disposición de horas, tardes y días dedicados al afecto para mantener la gratificación emocional presente en la relación. Ingenuamente algunos consideran que este tiempo puede ser sustituido con regalos cuantiosos, prendas, objetos o lujos. Con el paso de los años, el tiempo se encarga de mostrar que esto no es posible. Sea este el momento de destacar el común error del varón que por brindar una seguridad económica a su familia, se zambulle en el trabajo.

Cuando la bonanza económica se consigue, la relación de pareja esta destrozada o ausente y muchas veces este daño abarca a los hijos. Es bien sabido que cada hogar demanda cada vez más gastos, pero la pareja realmente consciente tiene que distribuir su tiempo de manera tal que el compañero no sea el último de los compromisos por cumplir.

Muchas esposas disfrutan de una serie de comodidades que tal vez nunca soñaron, pero viven en una soledad que jamás imaginaron, algo así como “solas en jaula de oro.” El mismo riesgo corre el marido de una mujer exitosa que cambia la ternura y el afecto por reuniones y dinero. Los estudios son categóricos en mostrar que el éxito no es incompatible con una vida marital rica en emociones, siempre y cuando se tenga presente que el amor no se compra en especies.

No olvidar las lisonjas, las pequeñas sorpresas, las risas, las actividades recreativas, como paseos o bailes, el deporte compartido son los pequeños detalles que inmortalizan una relación. El éxito económico, el éxito laboral, el éxito académico son metas menores. El éxito y la relación emocional es la verdadera meta del ser humano, como bien menciona Maslow, es una auténtica experiencia cumbre.