La depresión mantiene varias relaciones con la sexualidad. Por un lado, muchos cuadros depresivos son desencadenados por frustraciones sexuales o emocionales: es conocido por todos que en el vínculo del amor pueden surgir cruentas penas. Por otra parte, la mayoría de las depresiones cursa con alteraciones bioquímicas del sistema nervioso, las cuales repercuten negativamente en el desempeño sexual, sea porque inhibe el deseo o porque dificulta el rendimiento sexual. Otro de los aspectos es que, en ocasiones, algunos medicamentos antidepresivos pueden producir disfunciones sexuales como efecto secundario. Además el paciente deprimido, sobre todo si no ha consultado, suele tener problemas en la interacción social, emocional y familiar, que repercuten en el área sexual.