Soy una mujer divorciada de 32 años. En los últimos años comencé a engordar y por eso me metí en clases de natación. Yo nunca había usado un tampón, porque no me llamaba la atención. Pero para nadar en esos días comencé a usarlos y me siento rara cuando me lo pongo y me lo quito, siento como si me excitara, no sé si todas las mujeres sienten lo mismo, me da miedo que me pueda dañar o que algo anda mal.

Los tampones son dispositivos que han sido usado desde los tiempos de Hipócrates, aunque el diseño actual se utiliza desde finales de los años veinte. De todos es conocido que el tampón es una especie de tubo fabricado con diversos materiales que tienen la capacidad de absorber el sangrado menstrual. 

Su gran ventaja es que permite realizar diversas actividades durante el periodo de sangrado mensual. Por eso inicialmente solo eran utilizados por atletas, bailarinas, y artistas. Cuando las mujeres ocuparon los puestos de trabajo de los hombres que se habían enlistado para combatir en la II Guerra Mundial, el tampón se volvió muy popular, ganando una gran aceptación que se ha mantenido hasta nuestros días.

Existen varios tamaños de tampones, los más usados miden menos de dos cm de grosor, de tal manera, que son muy fáciles de poner y quitar, y mientras está en la cavidad vaginal no generan molestias, prácticamente pasan desapercibidos. La simple introducción, así como el movimiento para retirarlo puede generar un estímulo en las paredes vaginales que a algunas mujeres les puede resultar gratificante. Es importante señalar que aun cuando esto sucede en muy pocas ocasiones, no representa ningún peligro ni habla de ninguna alteración.