La tiroides es la glándula encargada de producir diversas hormonas que generan la sensación de energía. Cuando se afecta su funcionamiento y baja la producción hormonal, es común que provoque síntomas como cansancio, pereza, agotamiento, dificultad para concentrarse, así como cambios de humor, irritabilidad, tristeza sin razón, también puede provocar colitis, gastritis, problemas para dormir y hasta problemas sexuales, entre muchos otros síntomas.

La mayoría de los problemas tiroideos tienen una base genética. Es decir, por razones familiares se nace con una susceptibilidad para padecer de la tiroides. Así, la mayoría de estos pacientes nacen sanos, con un buen funcionamiento tiroideo, pero en algún momento de la vida, muchas veces relacionado a una situación de stress o sufrimiento, se ve comprometido el funcionamiento de esta glándula.

El tratamiento consiste en un medicamento tomado que aporta las hormonas que la tiroides no está produciendo. Al cabo de unos meses, desaparecen los síntomas y el paciente recupera su buen vivir.