Muchos sectores sociales han criticado su utilización con fines estéticos, sin embargo, otros son claros en señalar que estas cirugías pueden resolver problemas de autoestima, en aquellas personas que se sienten disconformes y hasta acomplejadas por determinados rasgos corporales.

Al margen de estas consideraciones, siempre debemos recordar que la decisión de optar por este tipo de procedimientos, debe ser ante todo estrictamente personal, basada en el gusto personal y con el objetivo de sentirme mejor con mi figura.

Por ningún motivo se deben realizar para complacer a terceras personas, sean amigos, familiares o la misma pareja, sobre todo, porque en muchos casos no hay vuelta atrás, es decir, los cambios quirúrgicos no se pueden revertir, de ahí la importancia de una decisión fundamentada.

Hoy contamos con cirugías que estilizan la figura, aumentan y disminuyen el tamaño de senos, nalgas, caderas, y modifican rasgos faciales. En general, son procedimientos muy seguros en manos experimentadas cuyo efecto estético suele ser impecable.