Soy un hombre soltero de 34 años. He tenido varias novias y por cinco años viví con una pareja con la que la vida sexual siempre fue buena y satisfactoria para ambos. Hace un par de años tuve una infección, y así me di cuenta de que ella andaba con otro. Nos separamos y desde entonces me ha costado establecer una nueva relación. Como que quedé desconfiado. De vez en cuando tengo relaciones casuales, pero no me animo a tener una relación estable. Me da miedo que me lo hagan de nuevo.

La infidelidad sin lugar a dudas representa una afrenta impactante en la vida emocional y sexual. La pareja afectada no suele entender las razones que motivaron está traición y a nivel mental se hacen esfuerzos por poder entender lo sucedido.

Algunos se preguntan si son realmente los responsables, si hicieron algo mal, reflexionan sobre los errores y fallas cometidas. Otros descalifican a la pareja infiel considerándola una persona indigna y traicionera. Algunos buscan a los responsables en personas cercanas al vínculo sean amigos, compañeros de trabajo y hasta en la misma familia.

Sin embargo, otros van más allá y pueden llegar a la conclusión de que “toda la gente es así”. Hablan de que hoy el mundo está lleno de personas falsas y traicioneras y concluyen erradamente que no hay nadie en quien se pueda confiar y que por ende no vale la pena volver a exponerse a un golpe tan fuerte, y por esa razón solo tienen relaciones causales y efímeras.

En estas condiciones es fundamental comprender la importancia de buscar ayuda profesional orientada a vencer esos falsos temores con el fin de que se pueda conceptualizar que, aunque el mundo está lleno de engaños, también son muchas las personas leales y dignas de cariño.