Soy un hombre maduro, no digo la edad para que no me reconozcan. Fui uno de los tantos ticos que fue al Mundial. Estuvimos en fiestas y bailes en los que, al igual que mis amigos, tuve relaciones con varias muchachas, en varios países, pero siempre con preservativo. Desde antes de regresar me agarró picazón y ardor. El doctor de allá me diagnosticó un herpes y otra infección que no me acuerdo. No sé porque me infecté si me cuidé con el condón.

En la década de los noventa, se realizó una amplia campaña publicitaria orientada a prevenir las Enfermedades de Transmisión Sexual, en la que se utilizó un lema publicitario que hablaba del “sexo seguro”, haciendo referencia al uso del preservativo. Desde luego que el preservativo disminuye de manera considerable la posibilidad de adquirir una infección venérea pero su protección no es total.

Recordemos que para gérmenes como el virus herpes, el virus del papiloma y algunos tipos de sífilis, la protección es parcial. Dependiendo del caso, puede que la prevención sea muy limitada. Se han publicado datos que nos hablan de solo un 50% protección. Esto explica, entonces, porque usando el preservativo se pueden adquirir diversas infecciones.

Además, es frecuente que el condón no se utilice de la manera correcta, con lo cual aumenta la posibilidad de contagio. Esto suele ser más frecuente cuando se mantienen relaciones sexuales bajo el efecto sea del licor o de las drogas, como es usual para algunos cuando viajan fuera del país.

En la actualidad no contamos con ninguna medida preventiva que evite al 100% la posibilidad de un contagio más allá de la abstinencia y la fidelidad. Por eso, siempre decimos que nada sustituye la sensatez.