El 31 de enero de 1938 nació en Costa Rica el Día de la Poesía, y nació precisamente en Turrialba bajo el nombre de Jorge Delio Bravo Brenes. Para un niño que no va a la escuela, que debe aprender a escribir y a leer de manera autodidacta y asume las faenas escolares cuando ya es un adolescente, el porvenir literario suele ser incierto, pero no para este niño, que por su extrema sensibilidad se convirtió en la máxima expresión poética de nuestro pueblo. Por eso, el próximo sábado se celebra el día nacional de la poesía, fecha en la cual se conmemora el nacimiento de Jorge Debravo. 

Quiero instar a los lectores a compartir con su pareja el fascinante y afrodisiaco mundo de la poesía y, en particular, el legado de Debravo. Sé que los ticos estamos hartos de los fanfarrones que usan el arte para tildarse de cultos. 

Sé que los ticos estamos cansados de quienes figuran como letrados porque memorizan y pronuncian algunas frases de los clásicos. Sé que no soportamos al que tararea a Beethoven para aparentar cultura. Es claro que los ticos desarrollamos una auténtica repulsión por los bombetas del arte, por los que mienten con rimas, como decía Papini. Y eso está bien: eso habla del agudo sentido del pueblo para valorar lo genuino. 

El problema es que esa aversión nos alejó del verdadero arte, nos separó de Neruda, nos distanció de Van Gogh, nos apartó de Chopin, y ha provocado que muchas generaciones crezcan lejos de los encantos de lo lírico. Ante la necesidad que todos tenemos de lo sublime, recurrimos a la televisión con sus productos cursis, frívolos y trillados, los cuales nos dejan ese inmenso sabor a poco.

Ahora que se acerca el Día de los Enamorados, es un buen momento para degustar una lectura recia, fuerte, refrescante, sensual, voluptuosa, altruista y muy nuestra, como es la de Debravo. Si usted se siente incómodo con la poesía, léala a solas y, después de saborearla, comprenderá que este gusto es para dos. 

En esta sociedad, donde la sexualidad está globalizada, es común escuchar frases como: la vida en pareja se desvitaliza, la pasión se deteriora con el tiempo, la miel se acaba, el interés ya no es el mismo. Ciertamente, en muchos casos eso sucede. La vida sexual por sí misma rara vez subsiste. Los aderezos, la iniciativa, las travesuras y la profundidad del vínculo constituyen el secreto olvidado que da sentido a la sexualidad y la convierte en una auténtica manifestación del erotismo.

Hoy, cuando todo es tecnología. Hoy cuando todo armatoste es motivo de ostentación. Hoy  cuando el mundo se circunscribe a unas cuantas pantallas, nos haría mucho bien tomar un libro de poesía. Les cuento que los de Jorge Debravo son pequeños y amenos. Además, como todo buen escritor, Debravo escribe para que podamos entenderlo todos, incluso quienes casi nada sabemos de poesía. 

Sorprenda a su pareja. Escoja uno de los poemas que hacen eco en sus sentimientos y, como “un amante a la antigua”, regáleselo con un ramo de rosas este 14 de febrero. Si ella trabaja, no pierda la oportunidad y envíelo al trabajo. Si todavía no están casados, que llegue a la casa de los suegros, “todos van a caer en cruz”. Y si viven juntos, a lo mejor un par de amigos aderezan el presente con una serenata vespertina. Le aseguro que nunca, nunca, nunca lo olvidará.

Al leer a Debravo, fácilmente comprendemos que nuestra vida sexual no requiere de Tom Cruise ni de Cyrus, ni de Angelina ni de Ronaldo, ni de ninguna otra estrella del vacío, y entendemos que el arte, con su fuerza, llena y endulza nuestras horas cama.  

Olvídate del mundo.

Piensa solamente en lo que llevas piel adentro

y sabrás qué dulce

y qué sabroso es,

de pronto, vivir.