Quiero una cita

Salud emocional.

SIN FELICIDAD EMOCIONAL NO HAY ALEGRÍA

Tabla de Contenidos

SIN FELICIDAD EMOCIONAL NO HAY ALEGRÍA

La superficialidad de esta sociedad de consumo ha satinado todas nuestras actividades, pero quizás las que más se reciente, es el área afectiva y por ende el área sexual. El sexo dejó de ser aquel punto de unión, de convergencia de dos que luchan por un proyecto de vida y que se baten a diario con las adversidades que depara la realidad.

Escribir al DR. Mauro Hoy

El sexo dejó de ser bonito, de ser altruista, dejó de ser sublime y se hizo mundano, frívolo y comercial. En el nombre de un placer que se dice sabroso,  se termina viviendo una realidad sexual insípida. De esos besos que no pasan de un beso, de esas caricias que no pasan de ser simples caricias, de esas personas que en la cama no saben a nada, aunque hacen de todo.

Por abandonar lo cursi, la impostación romántica y todos esos tontos falsetes que hastiaron a la población, se cayó en la fatiga emocional. Hoy, pocas parejas jóvenes luchan por sacar adelante un proyecto emocional. Ante las primeras desavenencias nos separamos y “si te vi no me acuerdo”. Peor aún, parejas que llevan años juntos, se han puesto a la moda, sobre todo el varón, y después de hacer cálculos, concluye que mejor se separa de la doña, que ya no goza de aquella figura, para disfrutar de las que hoy sí tienen esa figura.

Hoy se abandona lo querido por lo deseado, lo genuino por lo minúsculo e interesado, la lucha por la conveniencia, el proyecto de vida por lo efímero, sin darnos cuenta que con eso estamos cayendo en un vacío afectivo enorme que suele tener tintes de eterno. Sentenciaban los sabios chinos que “el amor que surge de la traición no merece ser vivido”.

Hoy vemos con pesar y hasta con vergüenza ajena, aquellos adinerados, con cuerpos descuidados y carros bien cuidados, abandonar todo por un amor de temporada. Hoy vemos, al viejo que deja a su vieja por una cintura que deambula por ahí.

Y aun cuando cupido tiene la costumbre de flechar a las más disímiles personalidades, la verdad es que suele ser el gran ausente de estos nuevos vínculos. Vínculos que parecen más bien transacciones, lazos que más que emocionales son circunstanciales, donde una parte aporta bienes y la otra figura, como una simple ecuación. Tratos que solo duran el tiempo que él tarda en aburrirse o ella en adinerarse.

Esa incapacidad actual de construir un proyecto emocional a largo plazo nos está convirtiendo en un pueblo infeliz, aunque la ONU diga otra cosa. Nos está convirtiendo en un pueblo vacío y desgraciado. Porque sin felicidad emocional no hay felicidad. 

Venta de libros del Dr. Mauro