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El tico se desvive por sus hijos.

PERROS Y BOZALES

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PERROS Y BOZALES

Como país amamos a nuestros niños. Por eso nos llena de consternación las estadísticas nacionales recientemente publicadas, en torno a las mordeduras de perros que año a año mutilan a la población y en particular a la población infantil.

Escribir al DR. Mauro Hoy

Los perros en nuestra cultura siempre fueron concebidos como animales que participaban en la jornada laboral, haciéndola más sencilla y más segura. El perro guardián, el perro cazador, el perro policía, el perro pastor son algunos ejemplos de esa enorme ayuda que nos dan nuestros amigos caninos.

En los años setentas surgen en nuestras tierras una nueva modalidad en la tenencia canina, el perro mascota. Ese que no cuida, más bien hay que cuidarlo. Ese que no caza, más bien hay que alimentarle. Ese que no se le dan las sobras porque a lo mejor le caen mal, así que hasta alimento hay que comprarle. Ese al que además hay que sacar a ejercitarse y hasta limpiar sus desechos.

El perro mascota parece un contrasentido histórico hasta que entendemos que llena diversas necesidades afectivas de sus dueños.  Bajo esa concepción surgen otras razas destinadas a satisfacer otras necesidades humanas. Entre ellos los perros agresivos,  como los  rottweiler, los dóberman, los pitbull, que siembran terror con solo divisar su presencia y que  desdichadamente algunos jactanciosos dueños los utilizan para sentirse entronados de poder y orgullo y que frecuentemente tienen fuertes problemas para controlarlos resultando una amenaza pública.

Adicionalmente existe la falsa creencia que porque un perro es pequeño o porque sea de una raza noble, no puede dañar. La verdad es que todo perro puede generar conductas agresivas, unas veces porque interpreta como amenaza un estímulo trivial, o porque teme por la integridad de su amo.

Recordemos que pequeñas mordeduras en las mejillas, orejas, los ojos, la boca o en las manos aunque no ponen en  peligro la  vida del niño, sí suelen generar cicatrices indelebles que afean el rostro o dificultan la función motora de por vida.

Por eso necesitamos una legislación que esté a la altura de nuestra época. Que convierta en obligatoria, la utilización del bozal en sitios públicos independientemente de la raza y que prohíba razas de por si violentas a nivel domiciliario. Tenemos más de un niño por semana que amerita los servicios del Hospital Nacional de Niños y son centenas, los que reciben atención en las clínicas y Ebais. Estos niños requieren que el Estado los proteja.

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