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Fin y principio de año.

HAGAMOS CUENTAS

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HAGAMOS CUENTAS

Una de las características más importantes de fiestas de fin de año es que envuelven con su magia, nos eleva el espíritu, y nos hace reflexionar sobre nuestra vida. El 24 nos trae tantos recuerdos, muchos buenos y unos cuantos dolorosos, pero recuerdos al fin que nos permiten entender porque somos como somos y todo lo que hemos logrado desde nuestra infancia. Además nos hace entender la importancia que jugamos cada uno en la vida de nuestros seres queridos, de nuestros hijos, de nuestros padres.

Escribir al DR. Mauro Hoy

El 31 por otra parte es otra cosa, las campanadas de medianoche a ritmo de tic tac, provocan una expectación apocalíptica, da la impresión que se va a acabar el mundo, y entre suspiros y abrazos, nos dejamos llevar por la cuenta regresiva que José Ángel Vásquez  año a año magistralmente exclama desde Radio Reloj.

Pero ahí la sensación es diferente, el 31 no marca el fin del mundo pero si marca el fin de una vuelta  mas alrededor del sol, vuelta a la que llamamos año, y no  hay forma de llegar a es final sin pensar en lo ocurrido a lo largo de esas 365 travesías. 

Por un lado evaluamos nuestro entorno, quienes ya no están, unos porque se fueron lejos, otros porque se marcharon emocionalmente, otros porque están en el más allá. Las ausencias suelen ser las mas presentes en estas fechas, y las que estrujan al corazón entre su jaula de costillas. 

También pensamos en la dicha que significa contar con los seres que amamos, los tatas, los güilas, y otros integrantes de la nueva familia costarricense los amigos, no hay forma de pasar las doce campanadas sin dar gracias al Creador por contar con esos seres que son el soporte emocional y el ancla en nuestras vidas.

También pensamos en el mundo, a lo largo de estas 52 semanas enfrentamos huracanes, maremotos, terremotos, catástrofes, que no son producto de la naturaleza, no!, todas estas desgracias son producto de la avaricia desmedida de los que en nombre de unos dólares más han torturado a la naturaleza y a su sabio ecosistema.

Este año en particular hemos visto como los huracanes dejaron de ser fenómenos exclusivamente climáticos, ya que hicieron su aparición en el mundo económico, es doloroso como una casta de corruptos ha puesto en jaque la estabilidad del mundo entero. Hoy no cabe duda que por culpa de la arrogancia y ambición de unos, todos vemos con temor el nuevo año.

No se crea que todo ha sido negativo en este año, no, el mundo tiene una nueva sonrisa a partir del 20 de enero, todos estamos esperanzados con el nuevo presidente de los Estados Unidos, todos queremos una política mundial más humana, más solidaria y más equitativa, y por su inteligencia y porque en el color de su piel se retrata la injusticia y las desgracias que han sufrido los pobres es que tenemos esperanza.

Estamos felices como nación, de que cada día vamos a tener un borracho menos al volante y al estilo de Lázaro, muchos de los que íbamos a estar muertos por la imprudencia de un adicto, gozaremos de buena salud. Serán cada vez menos los seres queridos que partan por el licor motorizado.

Esto nos lleva a la reflexión mas importante que podemos hacer este fin de año, si, yo, y es la mas importante porque poco puede hacer por las calamidades que sufre el mundo, pero yo soy dueño de mi, y como tal es mucho lo que puedo hacer por mejorar mis condiciones.

Por eso hoy es un buen día para poner mi humanidad sobre una balanza y apuntar cuanto peso, y cuanto sobrepeso tengo, es un buen momento para correr todo lo que pueda en doce minutos y saber cual es la distancia a la que llego, hoy es un buen momento para medir mi cintura, y catar cuán panzón estoy. 

Es un buen momento para contar los cincos que tengo en el chancho o en el Banco, y meditar seriamente en que despilfarré a lo largo de este año que se va. Es tiempo de analizar mis días, que hice durante esas 365 magnificas oportunidades que me dio el año para ser mejor. ¿Corrí diariamente?, ¿Estuve con mis hijos todos y cada uno de estos días?, ¿Llené de besos y ternura la existencia cotidiana de mi pareja?, ¿Cumplí con creces y satisfacción aquella máxima de una relación sexual diaria?, ¿Logré esquivar las dietas chatarras, y me divorcié del licor y del cigarro? Si no es así, ya tenemos los retos para este año que empieza.

Es mi deseo que este 31 la familia costarricense se reúna, viva con intensidad el año que termina, que empiece un nuevo año, borrando las malas costumbres y adquiriendo nuevos hábitos, que brindemos con fresco de frutas, que bailemos hasta mas no poder, que corramos la San Silvestre. Que entre ensaladas y pastas, entendamos la importancia del ejemplo familiar en la formación de los hijos. Que enfaticemos que este año nuevo sea realmente nuevo, diferente, mejor,  lleno de esa salud y esa paz que si esta a mi alcance.

Venta de libros del Dr. Mauro