Quiero una cita

¿Qué relación se da entre el error y la culpa dentro de la salud mental?

Tabla de Contenidos

¿Qué relación se da entre el error y la culpa dentro de la salud mental?

Creo que el ser humano nace con la vocación para ser feliz pero, por “defecto de fábrica”, paradójicamente, aprende a poner (y ponerse) obstáculos para su consecución. 

Escribir al DR. Mauro Hoy

Como resultado, se vuelve un pesimista por la realidad pero a la vez un optimista por la posibilidad. Y entre lo sublime (felicidad plena) y lo miserable (la infelicidad plena) se va a dar una gama casi infinita de posibilidades vivenciales. Dentro de este espectro se encuentran el error y la culpa. 

El error, para nuestro caso, se encontrará en la percepción psicológica.

La culpa, en el plano moral.

Cuando uno hace uso de este “don de errar”, de manera voluntaria o no, se dan varios caminos para el procesamiento moral (culposo o no), y por ende, para su salud mental:

Una de estas vías de resolución está dada por el rechazo al reconocimiento de la culpa, típica del cinismo. El cínico es dueño de una hipertrofia de su yo que hace que sufra de la tendencia egocéntrica que lo tiene convencido de que es merecedor de toda gratificación posible, por lo tanto, o carece de conciencia de la secuencia error → culpa o invierte el proceso de modo que para no sentir culpa (de satisfacción solo en función de su ego) no le importa errar para sentir que la satisfacción está dada. Su lema sería: “El error no existe para mí, por lo tanto, tampoco la culpa”.

Una segunda manera es la del castigo. En este caso, en lugar de la inconsciencia se produce el dolor por la culpa. Propia de la parte neurótica de nuestra constitución. Cuando se orienta hacia uno mismo se revela por ansiedad o tristeza que puede llegar a depresión. Cuando lo es hacia los otros, a través de prejuicios castigadores. Su lema sería: “Los errores que cometemos en la vida nos condenan a ser infelices”.

La tercera forma de acercarnos al error sería por el procesamiento sano. Recurrimos para esto al “yo maestro” que habita en el estrato más esencial de nuestro ser, le presentamos el caso, y seguramente él nos va a prevenir de algunos mecanismos inadecuados, como:

- Racionalizar (poner razones aparentemente correctas para justificar el yerro).

- Proyección (trasladar la culpa a otra u otras personas).

- Negación (no aceptar las responsabilidades por temor a las consecuencias).

Luego, seguramente, nos propondrá el siguiente ejercicio:

1. Acepta tu naturaleza: mientras no lo hagas siempre estarás pensando contra-natura.

2. Reconoce lo transitorio de tu vida.

3. Focaliza tu fin ideal: la felicidad.

4. Enfréntate al error cometido.

5. Relaciona a tu ideal con el error, considerando la pregunta: ¿vale la pena ser infeliz o mejor trato de aprender la lección?

Una breve historia: un hombre comete asesinato. Es condenado a pasar el resto de su vida en prisión. Dentro, reconoce a otros presos, y se dedica a compartir con los que se desesperan (los que por errores diversos están ahí por la condena social). Ya viejo, el hombre no tiene memoria al detalle de su crimen. La serie de personas que han sido reconfortadas por él casi no lo recuerdan tampoco. Alguien le pregunta por su crimen, y él responde: “maté mi yo”. La cárcel: la de la vida. La libertad: por el perdonar(se).

Venta de libros del Dr. Mauro