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Nutrición y salud.

EL EMBARAZO Y LOS ANTOJOS

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EL EMBARAZO Y LOS ANTOJOS

Uno de los aspectos más pintorescos del embarazo son los antojos. Esas intensas ganas de comer, usualmente alimentos extravagantes con sabores fuertes, es conocida a nivel científico como “pica” y son provocadas por los cambios metabólicos que suceden a lo largo de los nueve meses.

Escribir al DR. Mauro Hoy

La pica puede manifestarse de muchas maneras, desde alimentos muy salados o muy ácidos, hasta masticar hielo; combinaciones extrañas, como miel con sardinas o comer cierto tipo de frutas, como mango cele con sal y limón.

Curiosamente, los antojos atacan en los momentos menos pensados y no es raro ver a un futuro papá recorriendo supermercados y pulperías a altas horas de la noche, buscando un helado de cas de palito o una fruta fuera de temporada para satisfacer el antojo de su pareja. Muchas madres disfrutan comparando sus antojos, recuerdos que suelen acompañarse de fuertes carcajadas al recordar que tuvieron que pasar en esta etapa.

Antes, en tono de broma, se decía que si no se complacía un antojo, el niño nacía con la boca abierta.  En realidad, si el antojo no se satisface, no hay ningún efecto negativo ni para la madre ni para el bebé.

Sin embargo desde el punto de vista científico es importante cumplir con varias medidas de seguridad a la hora de saciar un antojo. Por un lado debemos evitar de manera absoluta aquellos antojos que resultan evidentemente nocivos como el deseo por comer betún, papel o tierra por ejemplo.

Cuando el antojo es constante y reiterado es mejor consultar con el médico porque puede sugerir un déficit alimentario. Así, se cree que el deseo de comer chocolates nos puede señalar una dieta deficiente en ácidos grasos. El deseo por zanahorias o duraznos puede indicar un déficit de carotenos. Y el deseo por la carne cruda puede hablar de una necesidad de hierro o proteínas.

Es importante evitar los antojos cuando son por comida chatarra, en cuyo caso es mejor sustituirla por el mismo alimento preparado de manera saludable. Si hay un deseo de comer papitas fritas, es mejor, optar por las mismas papas pero preparadas diferente, sea asadas, al vapor o al horno. De igual manera si se trata de pollo frito, o aros de cebolla por ejemplo. Desde luego que un consumo esporádico no representa un problema pero si se convierte en un antojo cotidiano hay que tener cuidado.

Al margen de estas situaciones nuestra recomendación es que los familiares y amigos estén siempre dispuestos a chinear a la madre con todos los antojos saludables, esto es parte de la magia que representa la maternidad.

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