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El punto de fuga

¿Cuánto influye el factor R?

La importancia del contacto con la realidad

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¿Cuánto influye el factor R?

En la salud mental, las estructuras que nos acompañan desde el primer año de infancia son estructurales en nuestra forma de ver la vida. Aunque se pueden modificar de muchas maneras, siempre subsisten de alguna forma y de ahí la importancia, en todo ser humano, de aceptar ese factor R, la realidad que le rodea. Escuchémonos. Oigamos lo que nosotros mismos tenemos que decir.

Escribir al DR. Mauro Hoy

El punto de fuga es un concepto que en arte, como sabemos, representa la perspectiva donde confluyen las líneas que se dan en un mismo plano. Los grandes maestros son capaces incluso de presentar más de un punto de fuga en sus cuadros. En la literatura también se dan estos puntos de fuga, tal como podemos ver en el caso de León Tolstói, el escritor ruso que es considerado por muchos como un pre-modernista y que en su novela Ana Karenina (publicada por primera vez en 1.877) presenta más bien un punto de fuga literario realista en el mismo inicio del libro, cuando dice: “Las familias felices son todas parecidas; cada familia desdichada, en cambio, es desdichada de modo único”. ¿Dónde está su punto de fuga aquí? Obviamente en la palabra “familia”, donde concuerdan los planos de un destino dispar, según su condición de felicidad o infelicidad. Aplicado a la salud mental, el punto de fuga es el que llamamos factor “r”.

En el cuadro ideal de salud mental para el individuo o para un grupo en particular, los elementos estructurales pueden desplegarse en una triada confluente que diría más o menos así: La tranquilidad como estado de ánimo; la felicidad como relativa; y la alegría como circunstancial. Y estos elementos confluyendo en el factor “r” como su punto de fuga natural.

Por lo dicho hasta aquí, convendría dilucidar a qué me refiero con el factor “r”: es el punto de convergencia de todos los planos que constituyen el factor “R” (la realidad total que nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos). Algunas características de este factor “r” son:

1. Se encuentra en algún lugar de nuestra mente. No es posible ubicarlo como un elemento universal específico para todos los humanos. Por eso es que cada persona es una verdadera obra de arte donde se da un discurso con un tema único de interpretación de la vida.

2. Se organiza en el primer año de vida. El nutriente básico para crear este punto de fuga es, por lo tanto, estructural, y puede ser modificado en innumeras maneras pero nunca  sacado fuera del formato definitivo del estilo de vida de la persona. Esto parece un determinismo conductual pero es más bien un esclarecimiento que pretende decirnos que en cada individuo, no importando la edad que tenga, siempre estará la parte niña como queriendo atraer lo que es nutriente para la existencia de cada quien.

3. Finalmente, cuando la persona sintoniza con su factor “r”, se da una epifanía en su ser. Es decir, la aparición de su verdadera intencionalidad. Por una paradoja de la forma de ser del humano, a medida que el individuo crece va cubriendo de capas el factor “r”, y esto por la influencia de los elementos agregados que provienen de “R”, de modo que se llega a decir que somos hijos de las circunstancias o que podemos cambiarlas para nuestro beneficio. Pero en cualquiera de los dos casos, ya el fatalista o ya el voluntarista, la verdad es que todavía el niño que está en cada uno de nosotros se sostiene como vivencia en la sombra del recuerdo primario.

Al exponer esta propuesta no estoy sugiriendo que caigamos en un puerilismo inadecuado sino que nos detengamos un momento a reflexionar si, en pro de nuestra salud mental, de repente no convendría intentar escuchar, en el silencio de una meditación simple y natural, lo que desde siempre nos hemos estado diciendo.

Atentamente,

Dr. Winston Villamar.

Venta de libros del Dr. Mauro