Siempre hemos señalado que la Navidad es la época del amor, claro esta, en general se piensa que ese amor navideño es diferente al amor de pareja, es decir, se piensa en el amor a los hijos, en el amor a los padres, en el amor al prójimo, pero con frecuencia se olvida que en realidad este mes también es propicio para el amor conyugal, el amor marital, el amor de pareja.

Bajo esta perspectiva, algunas parejas se pierden entre el bullicio comercial de la navidad, se llena la agenda de actividades, de celebraciones, de fiestas que son auténticos compromisos, situaciones en las que no hay un verdadero deleite y en las cuales privan las relaciones superficiales.

Aunque no se crea, estas actividades son una verdadera carga, que casan, deterioran el espíritu navideño y minan la alegría de estas festividades de fin de año. Son muchas las parejas que no logran sacar tan siquiera un ratito de tiempo para estar juntos, entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, se desvanece la gran oportunidad que estas fechas brindan.

Por eso si usted esta haciendo planes, tenga claro las prioridades, sus hijos y su pareja son primero, sus hijos y su pareja son segundos y sus hijos y su pareja son terceros, dejemos que el jefe y los demás compañeros de la oficina también tengan también tiempo libre, dejemos que los familiares lejanos tengan también su privacidad, no seamos inoportunos, no caigamos en las redes de los compromisos, que son los que nos impiden gozar plenamente de estas fechas.

Es momento de estar más tiempo con la pareja, quedarse en la cama un rato mas, disfrutar el cafecito y el tamal con todo el tiempo del mundo, hablar y hablar y arreglar el mundo mientras comemos. Recordar cuando nos conocimos, y rememorar todas aquellas cosas lindas vividas, sentirnos orgullosos y felices de estar juntos otro año más.

Es tiempo de comerse a besos a los niños, de armar juntos los rompecabezas que el Niñito Dios trae, ir con ellos a estrenar la bicicleta, jugar ligas con esa bola de futbol que ya es tradicional en el saco de Santa. Es tiempo de que amor reine en todos los rincones.

Si a lo largo del año no tuvimos tiempo para el sexo, ahora si tenemos tiempo, es cuestión de saberlo aprovechar y no gastarlas en tantas sutilezas y superficialidades. Y desde luego seguir la recomendación de oro, no meta el licor a la casa, no llene de tabaco el hogar, no conjugue la palabra navidad con las drogas. Aun cuando, nuestros niños la vean a diario en las actividades de fin de año, es un buen ejemplo y una enorme enseñanza que no las vean en la casa.

Nuestro país tiene tradiciones que debemos vivir intensamente, colocar el portal, armar el arbolito, poner por aquí por allá las pastoras y los adornos de ciprés, son actividades que propician la cohesión familiar y hacen mas estrechos los vínculos de pareja, que junto con estos aires que reinan en estos días, crean el ambiente perfecto para superar aquellas pequeñas grietas que a veces se producen a lo largo del año.

No olvidemos que cada fin de año, no celebramos las fiestas de Zapote, no, tampoco celebramos los toros a la tica, no, lo que celebramos es el nacimiento de Jesús, si, la natividad, así que también es una buena oportunidad para enseñarle a los hijos los valores sagrados que profesamos.