PREGUNTAS COTIDIANAS
ME DIO VUELTA Y DESDE ENTONCES ME VOLVÍ MUY CALIENTE
Tabla de Contenidos
Soy una mujer de 35 años. Tengo once años de casada. Nuestra relación siempre ha estado bien, aunque sexualmente siempre he sido muy apagada. Hace un año comencé a recibir mensajes de que mi esposo andaba con una compañera de trabajo, y hasta me mandaron fotos. Desde entonces, tengo como una manía de tener relaciones con él a cada rato. No es por deleite. Es como una necesidad, y las disfruto como nunca.
La reproducción y el deleite son los objetivos más conocidos de la sexualidad. Sin embargo, la ciencia es clara en señalar que cumplen muchas más funciones en la vida emocional. El sexo refuerza los vínculos afectivos que nos sirven para mantener la vida en pareja. En algunas ocasiones, cuando la relación pasa por un mal momento o hay un auténtico riesgo de ruptura, se puede experimentar un deseo impetuoso y frecuente de relaciones sexuales.
Es un mecanismo de la naturaleza para propiciar la cohesión de la pareja. Así, es común que suceda después de un episodio de infidelidad. El deseo sexual se incrementa, y cada relación sexual se vive como un acto simbólico de “estamos juntos”, “no te he perdido”, “somos el uno para el otro”.
Curiosamente, el deleite sexual por sí mismo puede pasar a un segundo plano, aunque estas relaciones suelen ser más intensas desde el punto de vista sexual. En esas circunstancias, los encuentros íntimos toman un carácter más emocional, y esto convierte la relación sexual en una experiencia integral y completa. Algunas parejas aprovechan estas reacciones para superar las amarguras vividas ante una infidelidad, y muchas han logrado restablecer la relación y hasta mejorar su calidad de vida en pareja.