Soy una mujer divorciada de 32 años. Estuve 3 años casada y me divorcié en enero, porque la relación estaba muy deteriorada, eso me ha afectado mucho, y más porque, los compañeros del trabajo comenzaron a hacerme invitaciones y las compañeras me andan buscando novio. A como estoy, lo menos que quiero en este momento es un hombre, una relación y mucho menos sexo, pero como que nadie lo entiende.

En nuestra sociedad existe la idea equivocada de que las personas cuando se divorcian andan desesperadas buscando amor, o sexo y como tal, muchos ven en las separaciones una oportunidad idónea para una conquista. Esto no solo lo creen los hombres, quienes hacen mil invitaciones y propuestas, sino también las mujeres que de “buena intención” procurarán presentar amigos y conocidos.

En contraposición a esa creencia, son muchas las personas que después de un divorcio, más bien necesitan un tiempo, sea para asimilar lo vivido, para recuperarse emocionalmente o para reflexionar sobre todo lo sucedido, y una relación, un noviazgo, o la activad sexual son relegados transitoriamente a un segundo plano.

Desde luego, esta reacción es totalmente normal y esperable aun cuando a muchos les parezca inexplicable, pero es muy probable que poco a poco entiendan y respeten esta conducta, sin embargo, si la apatía persiste a lo largo del tiempo sí procede buscar ayuda profesional.

Muchas personas después de una separación difícil cierran las puertas al amor y pasan años, y a veces toda la vida sin darse una nueva oportunidad, dedicados al trabajo, al estudio, a criar hijos o nietos, olvidando que todos necesitamos amor.