CONTRATÉ UNA MODELO Y NO FUNCIONÉ
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Soy un hombre soltero de 30 años. Toda mi vida sexual ha sido con novias, conocidas o mujeres que me presentan en una actividad. Por curiosidad me suscribí en una página en la que se puede contratar modelos. No sé por qué lo hice, pero me animé y aunque me costó caro, quería tener esa experiencia. La muchacha era muy bonita, pero la sentí tan distante que no pude lograr una buena erección y con costo terminé, pero forzándome. Nunca había fallado y me sentí muy mal.
El sexo con modelos y mujeres similares se ha vuelto una diversión más en ciertas élites de nuestro país, como se entenderá, casi siempre de clases altas ya que estos servicios suelen ser muy onerosos.
Por lo general, quienes han tenido esta experiencia, relatan que la belleza de las mujeres contratadas es la esperada y que muchas veces supera las expectativas, sin embargo, es común que afloren los peros, en el engranaje sexual al momento del encuentro íntimo. Es decir, usualmente estos encuentros son estrictamente sexuales y no como algunos esperan que sean citas románticas, donde abundan las muestras de afecto y cariño.
Bajo esta perspectiva se entenderá que es común que se eviten los besos y ciertas frases características de una relación de pareja, como “te quiero”, “me gustas”, “te adoro”, expresiones que ciertamente están fuera de lugar, pero que algunos resienten su ausencia.
También puede generar extrañeza que una vez terminado el acto sexual como tal, dependiendo de lo acordado, la modelo contratada toma sus cosas, se despida y se va, sin más reparo que una cordial y distante despedida. Y aun cuando el acuerdo implique más tiempo siempre la relación transcurrirá bajo ciertos parámetros lejos del área emocional, como es entendible. Bajo esas condiciones es esperable que algunos varones no logren la excitación necesaria para lograr un adecuado rendimiento sexual.