Soy una mujer soltera de 34 años. He tenido varios novios, con algunos he durado varios años y siempre es lo mismo, al inicio todo es muy bonito, palabras dulces, caballerosidad, romanticismo y luego conforme pasa el tiempo las cosas cambian y solo problemas. Hace cinco meses terminé con mi novio y como que me cansé del amor, no quiero nada con nadie, siento pereza de empezar de nuevo y pasar otra vez por lo mismo.

Este es un comentario relativamente frecuente en nuestros días, personas que se desilusionan del amor debido a que notan un patrón nocivo en sus vidas, en el sentido que inician bien los vínculos, pero éstos, conforme pasa el tiempo van dado paso a conflictos y desavenencias que acaban con la relación.  Estos ciclos se repiten y llega el momento en que algunas personas se hastían porque aspiran a un vínculo estable a lo largo del tiempo.

Esta situación suele sucederles a aquellos que, aunque afectivamente están involucrados en la relación y sienten un cariño genuino no saben llevar una vida con armonía, producto de problemas con el carácter o de cierto desdén hacia los asuntos importantes de la cotidianidad, que los hacen caer en conflictos que suelen ser cada vez más frecuentes y cada vez más intensos hasta que llegan a provocar la disolución.

Para evitar estos desenlaces, es importante que las parejas estén atentas sobre la forma en que están manejando las diferencias y en el momento en que los problemas causan discusiones y enfrentamientos recurrentes buscar ayuda profesional. Las disoluciones son desgastantes, provocan un enorme sufrimiento, nos amargan la existencia, y en muchos casos se pueden evitar con la guía de un especialista.