TODA UNA VIDA HA SIDO RÁPIDO Y YA ME CANSÉ
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Soy una mujer casada de 43 años. Tengo más de veinte años de estar con mi esposo y solo con él he estado. Desde las primeras relaciones me di cuenta de que era tan rápido que a mí no me da tiempo de nada, él solo penetra y termina. Gracias a los programas suyos entendí que yo no soy la del problema pero él no quiere consultar dice que le da vergüenza. Yo ya me hice quitada para el sexo y no me gusta ser así.
Este es el acontecer de muchas mujeres en nuestra sociedad. Desde las primeras relaciones sexuales notan que los encuentros íntimos son muy rápidos, tanto que no le permite el pleno deleite. Antes no contábamos con tratamientos para la eyaculación precoz, de tal forma que a las parejas no les quedaba más que resignarse a vivir y soportar un problema sexual de esta magnitud.
Hoy el panorama ha cambiado de manera radical. La ciencia ha ideado diversos tratamientos con los cuales la mayoría de las parejas logran disfrutar la vida sexual. Sin embargo, y de manera sorprendente, el problema reside, precisamente en que todavía muchos hombres sienten pena de consultar, olvidando que ella se queda al margen del deleite porque él termina muy rápido.
Muchas de estas mujeres comienzan a experimentar cierta apatía por el sexo, dejan de tener deseos sexuales, porque justo cuando comienza a sentir el placer la relación se acaba.
Con los tratamientos esa realidad sexual cambia. El varón experimenta una enorme satisfacción porque logra controlar la eyaculación y prolongar el acto sexual y la mujer ahora sí puede disfrutar y llegar al orgasmo, con la sorpresa mayúscula que además ella ahora es la que pide tener relaciones sexuales. Por eso es que las parejas se deben motivar a consultar cuanto antes.