YO PUEDO VIVIR SOLA
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Soy una mujer soltera de 34 años. Veo tanta gente que “se corta las venas” porque rompieron una relación o porque no consiguen pareja. Yo no me complico la vida, vivo sola y yo sola me las arreglo, no necesito a nadie para estar bien. Algunas personas me dicen que soy una amargada, pero yo me siento bien, así como estoy. No creo que el sexo ni eso que llaman amor o cariño sean necesario para ser feliz.
La vida en pareja y la vida familiar fue por mucho tiempo absolutamente necesaria para satisfacer las necesidades básicas de subsistencia. Hoy, por el contrario, los grandes grupos poblacionales cuentan con un empleo que rinde la remuneración suficiente para vivir solo.
Es decir, en la actualidad, la vida en común sea de pareja o en familia no pretende como objetivo principal la subsistencia, sino más bien sus objetivos son vivenciales y emocionales, es decir, si vivimos con alguien es para vivir mejor, para sentirnos mejor, para disfrutar más de la vida y del diario vivir. Desdichadamente muchas personas hacen de ese convivio, un diario sufrir, en el cual la vivencia de pareja se vuelve caótica y conflictiva, lo que ha llevado a muchos a un reduccionismo, la vida en pareja conlleva tantos problemas que es mejor estar solo.
La vida en pareja es un constructo vivencial, es decir, no es algo que está hecho, sino que cada pareja lo forma, en el día a día, a su manera. De tal forma que cada uno recibe lo que construye, así unos logran hacerla una verdadera experiencia cumbre, gratificante, y producente, otros, desafortunadamente, la convierten en un valle de lágrimas y están aquellos que prefieren no intentarlo y optan por la soledad.