FALLÉ EN LA LUNA DE MIEL
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Soy un hombre recién casado de 27 años. Mi actual esposa y yo nos reservamos para el matrimonio, así que no tuvimos relaciones durante el noviazgo. Nos casamos el 12 de diciembre y nos fuimos una semana a la playa. En la primera noche no levanté, y ambos pensamos que había sido por lo pesado de la ceremonia, la fiesta y el viaje, pero los demás días “me fui en blanco”. Ella se sintió muy mal, lloró y pensó que era culpa de ella.
La luna de miel es una tradición que data de las primeras civilizaciones, tanto que su nombre se deriva de la costumbre romana de dar miel a los contrayentes bajo la premisa que así se lograba más rápido el embarazo.
En nuestra sociedad la luna de miel todavía conlleva una serie de expectativas tanto emocionales, como sexuales que suelen generar cierto grado de presión en ambos miembros de la pareja, más aún cuando, por diversas razones ambos han decidido evitar los acercamientos sexuales hasta el momento de la boda.
En esas condiciones puede que esos primeros encuentros sexuales sean difíciles, a veces hasta caóticos, y que uno o ambos no logre un adecuado rendimiento sexual. Desde luego en el hombre, las fallas son evidentes, sea porque no consigue la erección o porque termina muy rápido, mientras que, en la mujer, suelen ser más larvadas.
Falle él o falle ella, la recomendación es ante todo “no hacer un mundo”, entender que eso pasa, y que estas fallas no hablan de que como pareja están mal o van a tener problemas en el convivio, por el contrario, deben concentrarse en disfrutar del contacto corporal sin exigencias, y bajo esas condiciones es casi cierto que la mayoría de las parejas logran un buen desempeño sexual. Desde luego si el problema persiste, se debe consultar cuanto antes.