Soy una mujer de 27 años. Me casé hace dos años con un hombre con el que tuve un noviazgo de tres años. Sexualmente siempre podía durar lo que quisiera, hasta una hora y, si yo quiero, aún más. Ahora que me doy cuenta de que en realidad es que él no termina, es decir, él no expulsa el semen por más que lo estimule. Él dice que siempre ha sido así, pero ahora queremos tener un bebé y así no se puede.

La eyaculación ausente o retardada es un cuadro poco frecuente. Se calcula que lo padece cerca del 2 % de la población. Se caracteriza por la dificultad masculina para desencadenar la eyaculación. Estos varones tienen un adecuado deseo sexual, consiguen la erección con facilidad y alcanzan los niveles de firmeza requeridos, pero la salida del semen les resulta muy difícil y a veces imposible.

Es común que el hombre se vea en la necesidad de sacar el pene para terminar con la mano, aunque en algunos casos ni así logra la eyaculación. Como se comprenderá, en una sociedad donde la mayoría de los hombres experimentan eyaculaciones rápidas, esta disfunción se vive al inicio como una cualidad, en el sentido de que el varón prácticamente puede durar cuanto desee en el acto sexual. Los problemas pueden surgir en diversas circunstancias.

Por un lado, para muchas mujeres la eyaculación es un elemento indispensable en la relación sexual y resienten su ausencia. En otros casos, el problema surge cuando se desea un embarazo, pues el varón no puede eyacular en la cavidad vaginal. Afortunadamente, en la actualidad contamos con diversos tratamientos muy efectivos, los cuales permiten que el varón cuente con un buen rendimiento sexual.