SI ÉL ME ACARICIA LLEGO, PERO SI YO LO HAGO NO LLEGO.
Tabla de Contenidos
Soy una mujer divorciada de 36 años. Me considero una mujer rara porque para mí la penetración, aunque me gusta no me hace llegar al orgasmo. A mí lo que me gusta es que mi pareja me haga caricias vaginales con los dedos. De esa forma puedo sentir dos, tres o más orgasmos. Lo que me extraña es que si lo hago yo se me hace más difícil llegar al orgasmo y a veces no lo logro por más que me esfuerce.
La sexualidad femenina es sumamente compleja. Recordemos que los órganos sexuales son a la vez los encargados de toda la función reproductiva y es la mujer la que tiene los mecanismos y engranajes hormonales, metabólicos y anatómicos para albergar, nutrir, desarrollar al niño durante nueve meses.
Por diversas razones esto condiciona que los estímulos sexuales capaces de desencadenar el orgasmo femenino sean altamente específicos, es decir, no es cualquier caricia la que provoca el orgasmo, son ciertas caricias, dadas de cierta forma, en cierta dirección y con cierta intensidad, las que logran las sacudidas orgásmicas.
En algunas ocasiones, sobre todo las parejas muy receptivas logran llegar a ese grado de exactitud y aprenden fácilmente a hacer lo que ella necesita para alcanzar el orgasmo. Bien dicen los poetas “tu forma de amar ya le sé de memoria”, frase que señala que tanto hombres como mujeres tienen una manera de alcanzar la gratificación y que hay veces, la pareja se las sabe de memoria.
Por lo general a la mujer le resulta más fácil conseguir el orgasmo si simplemente se relaja y deja que esa mano sabia la estimule. Mientras que cuando ella lo intenta puede que pierda esa relajación necesaria al estar buscando sus propios puntos de placer.