PREGUNTAS COTIDIANAS
ME DIO VUELTA, ME DEJÓ Y DESDE ENTONCES ME APAGUÉ SEXUALMENTE
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Soy un hombre de 46 años. Me divorcié hace dos años. Fue mi mujer la que me dejó, porque estando casados conoció a otro hombre y se fue con él. A mí me dolió mucho, más aún que ella contó otra historia a la familia y a mis hijos. Desde entonces vivo solo y no he podido rehacer mi vida. No me motiva la vida, no tengo amigos ni ansío estar con otra mujer. Me preocupa que desde la separación sexualmente no me dan ganas de nada.
Los traumas de amor eran característicos de las personas solteras. Los noviazgos con frecuencia se desenvolvían entre promesas e ilusiones, mientras que el vínculo marital se entendía como eterno y rara vez sucedían separaciones. Por el contrario, hoy los divorcios se han vuelto muy frecuentes y es común que sucedan en malos términos, con ataques arteros, lucha de bienes, traiciones y enemistades dentro del mismo núcleo familiar. Estas situaciones constituyen una verdadera afrenta.
Como se entenderá, en muchos casos la ruptura marital se convierte en una lucha campal difícil de superar. Una vez consumada la separación, muchas personas sufren cuadros de tristeza, llanto, aislamiento y, desde luego, cierta apatía sexual. Sin embargo, estas sensaciones se van diluyendo con el tiempo. En general, al cabo de noventa días la mayoría de las personas comienzan a sentirse mejor y van recuperando la calidad de vida perdida.
Se recurre a los amigos, se hacen nuevas amistades, se retoman las prácticas deportivas, y en una que va y en una que viene hasta surge un nuevo amor, una nueva ilusión, y la esfera sexual se revitaliza. Cuando han pasado esos tres meses y no se experimenta mejoría, sino más bien un estancamiento o un retroceso, es fundamental buscar ayuda profesional. Hoy contamos con abordajes que permiten a estas personas reponerse de todo lo vivido.