El ser humano vive muchas facetas en la vida, pero todas ellas las vive como un todo, de manera que en las actividades cotidianas se ven involucrados prácticamente todos los órganos, esto es particularmente cierto en materia sexual.

Es común que se crea que los problemas sexuales son producto de alteraciones sexuales específicas, como violaciones, traumas sexuales, abusos sexuales, vejámenes sexuales o violencia sexual, sin embargo la ciencia comienza en señalar en las últimas décadas que afortunadamente la mayoría de los problemas en la esfera íntima son producto de alteraciones más generales y menos cruentas.

Curiosamente las enfermedades que más dañan al ser humano suelen figurar como las más frecuentes que dañan la sexualidad, aun cuando, a primera vista, para el ojo inexperto no se encuentre conexión.

La respuesta sexual es una combinación de cuatro factores físicos, la sangre, los nervios las hormonas y los músculos, de manera que todo aquello que dañe a estos participantes va a producir problemas en el desempeño sexual.

Así enfermedades como la diabetes, el colesterol alto, los problemas con los triglicéridos, la presión alta, suelen ser los responsables más comunes de tantos problemas sexuales.

Esa es la razón por la cual en la actualidad las consultas sexológicas están orientadas a determinar en primera instancia la integridad del cuerpo para así documentar la presencia de esas enfermedades físicas que pueden estar silentes, manifestándose solo en el área sexual. Recientes investigaciones señalan que en cerca del 80% de los pacientes con problemas sexuales se documenta una de estas enfermedades.

Desdichadamente nuestro estilo de vida ha provocado que estas enfermedades sean muy frecuentes, y como en las etapas iniciales no dan síntomas es común que el paciente acuda cuando ya la enfermedad esta avanzada y el daño sexual sea más difícil de reparar.

Por eso son cruciales los exámenes médicos periódicos y sobre todo el tratamiento eficaz, oportuno y constante de alteraciones que se creen inofensivas como por ejemplo las elevaciones de las grasas en sangre como el colesterol y los triglicéridos, para así evitar que dañen los órganos sexuales.

Y no hay que olvidar que la prevención es la mejor arma, que tenemos que optar por mas ejercicio, mas frutas, mas verduras, mas legumbres, mas agua, para evitar estos males que corroen el cuerpo.