ME DEDICO A DAR MASAJES,¿ES RIESGOSO EN ESTA ÉPOCA DEL CORONAVIRUS?
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Soy una mujer divorciada de 46 años. Tengo dos hijos y estoy separada. Mi pareja nunca me ayudó económicamente ni tiene contacto conmigo. Creo que hasta se fue del país. Yo trabajaba de secretaria en un banco, pero lo cerraron. Como no encontraba trabajo, habilité un cuarto en mi casa y decidí dar masajes, a veces con masturbación, pero nunca con sexo oral. Con eso he sacado adelante a mis hijos. ¿Puedo seguir haciéndolo?
El desempleo se ha convertido en un problema social en Latinoamérica y en varios países de Europa. Ha colocado a grandes segmentos de la sociedad en situaciones económicas precarias y sin opciones para reintegrarse al mercado laboral.
Por esa razón, muchas personas han tenido que recurrir a diversos oficios para dar sustento a los hijos, y desde luego las salas de masajes y actividades similares son algunos de ellos.
Recordemos que el CORONAVIRUS no es una enfermedad de transmisión sexual y, por eso, no se adquiere por el contacto con el semen ni las secreciones vaginales. Sin embargo, por ser un virus muy contagioso, se pasa de una persona a otra por las gotitas de saliva, por lo cual con la cercanía corporal se puede dar el contagio, así como con los besos.
El masaje sexual y las caricias sexuales no representan un riesgo en sí mismos, sino por el acercamiento corporal que implican.
Muchas personas dedicadas a esta u otras prácticas similares han optado por realizar filtros en la entrada, que consisten en tomar la temperatura y preguntar si hay síntomas sugestivos. Además, implementan el lavado de manos, y entre un cliente y otro ventilan el lugar, abriendo ventanas, puertas y activando respiradores de aire. Estas medidas son muy útiles.
Sirva mencionar que en algunas salas de masajes se utilizan cubrebocas, tanto para el personal como para los clientes.