Soy una mujer separada de 35 años. Nunca intenté acariciarme para llegar al orgasmo. Ahora llevo casi dos años sin pareja, y después de ver sus programas comencé a hacer intentos de estimularme yo misma. El problema es que cuando me toco el clítoris comienzo a sentir placer, pero conforme me voy excitando se hincha, me arde, me duele y llega un momento en que tengo que parar porque son muchas las molestias. 

Las caricias en los genitales femeninos son altamente estimulantes y capaces por si solas de generar orgasmos intensos, sin embargo, en la vida cotidiana son muchas las mujeres que no encuentran el placer esperado y más bien sienten dolor, molestias, o irritaciones. Para explicar esta aparente paradoja debemos recordar que el tipo de caricia varía de una mujer a otra. La mujer tiene el clítoris parcialmente cubierto, de tal forma que las caricias generan el placer esperado, sin embargo, algunas tienen el clítoris más cubierto y por lo tanto requieren caricias muy enérgicas, en otras, por el contrario, el clítoris más descubierto por lo que la caricia directa genera molestias, como ardor, irritación y hasta dolor que impiden el deleite.

En estos casos, lo recomendable son las caricias indirectas en toda la vulva y no directamente en el clítoris. Algunas mujeres colocan su mano abierta sobre los labios mayores y la mueven con tal presión que el clítoris sea estimulado, otras utilizan almohadas o peluches que ubican entre sus piernas y al realizar movimientos pélvicos, experimentan placer. 

Por eso, la recomendación clásica tanto para las parejas como en el plano individual es que se debe explorar la sexualidad. Probar con diferentes caricias para así determinar cuáles son los puntos más excitantes y cuáles son las caricias capaces de ser detonantes del placer sexual. Todas las mujeres están en capacidad de sentir placer y de experimentar los orgasmos, es cuestión de conocer cómo responde el cuerpo antes los diversos estímulos.