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Paraíso azul escondido en Costa Rica.

ALQUIMIA NICOYANA

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ALQUIMIA NICOYANA

Zonas azules se refiere a cinco áreas del planeta, donde las personas viven muchos años, más de lo normal. La más extensa está ubicada en Nicoya Guanacaste, que además se destaca por contar con la mayor cantidad de gente con un siglo de vida o más.

Escribir al DR. Mauro Hoy

En estas zonas no solo se vive más años, sino que estos sobresalientes centenarios tienen menos incapacidades, se enferman menos, rara vez son obesos, tienen una movilidad corporal inusual y además, como si fuera poco, están muy satisfechos con sus vidas.

Un dato de particular interés es que los habitantes de las zonas azules no son millonarios y ni siquiera cuentan con grandes recursos. Son gente que vive la vida sin lujos, extravagancias ni ostentaciones, no cuentan con un Rolex, ni un Audi, ni IPhone, ni IPod. Ellos hace mucho entendieron que esas banalidades no hacen más feliz a la gente.

Evitan los excesos, no hay borrachera semanal, ni las comilonas en la transnacionales de la grasa. Incluso les aseguro que si fueran a un hotel todo incluido, tampoco se atiborrarían de comida como si se fuera a acabar el mundo. Ellos saben bien, porque lo aprendieron de sus padres, que la vida loca, esa que se vive entre tabaco, drogas y licor, nos corroe la carne, nos embarga el alma, nos desvanece el porvenir y reduce el mañana a un simple adverbio de tiempo.

También llama la atención que los habitantes de estas zonas no son eruditos ni versados. Como decíamos, es gente pobre a la que a lo largo de la vida, le ha faltado de todo, gente que ha trabajado con ardor todos los días, todos los años, aun ahora de viejos. Y aunque puede ser que les haya faltado todo o casi todo, lo importante nunca les ha faltado: el mutuo auxilio, el firme propósito de vivir la vida, la sensatez del compromiso con la lucha y con el deleite. 

Muchos de ellos se han ganado la vida con trabajos estrictamente físicos, que les han permitido ejercitarse diariamente, a diferencia de muchos de nosotros que laboramos sentados en un escritorio de ocho a once y de una a cinco y que no hacemos más ejercicio que una esporádica mejenga de fin de semana.

Se describe además que han pasado buena parte de su vida en ambientes naturales, libres de ruidos y contaminantes, lejos de los retumbos de la tecnología y muy cerca de las notas que emanan de  las olas, el viento y los ríos.

Como ven, el elixir de la vida no se encuentra en la riqueza ni en la cultura, ni habita en bancos, o bibliotecas. Como ven, a la fuente de la juventud no se llega en limosina. El secreto de la alquimia está en vivir la vida bien, como debe ser.

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