El individuo promedio requiere con urgencia del deporte y que como sociedad no lo hemos entendido. Señalamos que ese espíritu deportivo que siempre ha tenido el costarricense se ha alejado de la esfera del protagonismo y se ha limitado a ser un simple espectador y a lo sumo fanático del deporte.  Fanático que habla todo el día de futbol pero que no lo practica.

Esta misma dinámica acontece en los centros educativos. Nuestros estudiantes reciben apenas una o dos horas de educación física por semana y solo los diestros, cuando tienen suerte, son seleccionados para participar en un equipo competitivo. El resto, según indican los estudios, invierten su tiempo libre en actividades sedentarias como los videojuegos o internet aun cuando sobre su pecho vistan la camisa de Messi.

Esto explica porqué por primera vez en nuestra historia, la obesidad se ha convertido en un problema que ataca a jóvenes y niños. Cada vez se reduce más y a más temprana edad el porcentaje de la población que puede practicar un deporte en un lugar apto, con guía profesional, con las condiciones adecuadas.

Cada pueblo, cada ciudad, cada centro de población debe contar con polideportivos aptos y en buen estado para la práctica atlética masiva. Debemos concentrarnos en promover y propiciar el deporte para las mayorías. Tenemos que entender que es poco lo que le ayuda a un país contar medallas en justas internacionales. ¿De qué le sirve a los Estados Unidos liderar el medallero olímpico, si también lidera la lista de países con más obesidad? ¿De qué le sirve tanta medalla si el 60% de su población es obesa y sucumbe ante las enfermedades propias del sobrepeso? 

Los records olímpicos y mundiales que tanta admiración generan, deben servir para motivar a grandes y chicos a hacer deporte. Motivar a gordos y flacos, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, a ricos y  pobres, a letrados e iletrados, a hacer deporte. Y una vez que tomen la decisión de iniciarse en el ejercicio, encuentren instalaciones aptas, accesibles, abiertas al público donde practicarlo.

Es momento de decidir, es momento de comprender que el deporte no es una diversión, que el deporte es una necesidad y que ante todo el deporte no es una actividad exclusiva de los virtuosos. Hoy como país tenemos que convertir el deporte en una vivencia cotidiana de uno y cada uno de los costarricenses y para ello tenemos que crear políticas que permitan al ciudadano promedio ejercitarse sanamente y sin correr peligros.

Sueño con el día en que celebros juegos nacionales y centroamericanos y porque no continentales donde el objetivo sea participar, que usted y yo superemos nuestros records nuestros tiempos, nuestras marcas donde el premio sea superarnos a nosotros mismos. Requerimos de juegos ciudadanos en todas las disciplinas deportivas, y que al igual que se hace con las carreras de fin de semana todos los costarricenses, de todas las edades, puedan participar, para así entender la ontología de esa máxima que reza:  lo importante es participar.