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Preparación para la vejez

LA II EDAD

Esos años productivos

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LA II EDAD

La preparación para la III edad, debe ser la preocupación y el objetivo de nuestros años productivos. Una vez que completamos nuestra fase de estudio, entramos de lleno a la vida productiva, en la que el ahorro para más adelante, es fundamental. La cultura de escarbar y comer pone en jaque la calidad de nuestros años dorados.

Escribir al DR. Mauro Hoy

La semana anterior, desarrollamos el tema de la I edad, concepto que usualmente queda de lado en una sociedad como la nuestra, en la que solo se habla de la III edad. Mencionamos entonces, que Laslett divide la vida del ser humano en cuatro grandes etapas. La I edad se refiere a los primeros años de vida y se caracteriza por ser una etapa de inmadurez, aprendizaje, dependencia y socialización. Termina cuando el individuo se inserta en el mercado laboral, es decir, cuando el individuo aprende a ganarse el pan nuestro de cada día.

 

La II etapa de la vida, inicia justo en ese momento, cuando la persona se vuelve económicamente activa, cuando ya consigue su independencia. Los niveles de madurez y responsabilidad son mayores y el objetivo primordial de esta etapa es producir y ahorrar.

 

Aun cuando no se definen límites absolutos, en general esta etapa inicia alrededor de los 25 años, en el caso de los profesionales y de los 20 años, cuando se aprende un oficio o una destreza y finaliza con la jubilación. En el momento en que las personas se pensionan, se ingresa a la III edad.

 

La segunda etapa de la vida exige una enorme responsabilidad, por un lado para enfrentar los retos laborales, además porque en la actualidad es en estos años es cuando  vienen los hijos con la enorme erogación económica que implican. También con frecuencia, los padres –ya abuelos- necesitarán ayuda para lidiar con las adversidades que depara la edad.

 

En esta etapa las condiciones físicas y mentales llegan a  su máxima expresión y es justo en esos años cuando podemos  producir  en abundancia con el fin de ahorrar para enfrentar la III y IV edad. En esta etapa no se puede andar escarbando y comiendo, en esta etapa de la vida no se puede andar al día, ya que es la etapa de mayor esplendor productivo.

 

Desgraciadamente, en la cultura occidental, muchas personas ingresan a la II edad sin la madurez necesaria y caen en el consumismo, el despilfarro, en los vicios y la vida loca. Muchos incluso  mantienen lazos de dependencia económica con la familia, que es la sufraga esa vida desenfrenada.

 

Abuelas que cuidan a sus nietos, abuelos que mantienen a las familias de sus hijos, niños que no cuentan con el apoyo económico de su padre biológico, padres ahogados por múltiples pensiones, grandes sumas que esfuman en cervezas y drogas, salarios embargados por deudas de celulares y pantallas de plasma, ingresos mutilados por prestamos para autos de lujo; son algunas de las manifestaciones más conocidas en nuestro país de una II etapa de la vida mal vivida.

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