Quiero una cita

Los modelos de la salud mental

Tabla de Contenidos

Los modelos de la salud mental

Dr. Winston Villamar F. Phd.

Médico Psiquiatra

Escribir al DR. Mauro Hoy

¿Cuál es el modelo más útil en relación a nuestra salud mental?

 

Entre las distintas acepciones del término modelo, para nuestro beneficio editorial vamos a considerar el que se refiere al modelo como el ideal de realización.

En lo que concierne a la salud mental, se dan algunos modelos con su propia utilidad.

Uno de estos sería el presentado por exclusión, y se refiere al modelo psicopatológico manejado por los psiquiatras. En este caso, sería como decir que si no necesito ir a donde este especialista es porque, posiblemente, estoy sano mentalmente. Es un modelo un poco pobre porque no necesariamente la falta de reconocimiento de la necesidad hace que uno no padezca de algún tipo de problema en dicha área. Además, el modelo psiquiátrico cambia de acuerdo a, curiosamente, la estadística, a tal punto que el Manual que la mayoría de profesionales en esta área médica usan tiene como título “Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales”.

Otro modelo es el cultural, el de la zeigest de la época en la que nos toca vivir. Como en cierta manera somos hijos del tiempo en que existimos, el espíritu de la sociedad donde desarrollamos nuestro ciclo vital está marcado por indicadores que sugieren el grado de salud mental del individuo. Por eso, los criterios de salud mental cambian de una cultura a otra. En lo que se ha llamado la globalización de, entre otras cosas, la comunicación, hay una tendencia a que las culturas dominantes impongan su manera de hacer salud mental sobre las que buscan imitarlas. Por ejemplo, el uso de lenguaje procaz (técnicamente llamado coprolalia), así como el de maldiciones y manifestaciones extravagantes, ahora (especialmente por la influencia a través de películas, novelas contemporáneas y espectáculos bien comercializados), se consideran normales, y quien no esté dentro de esta manera de hacer cultura, se lo considera como fuera de la realidad, es decir, como un retrógado y desadaptado (es decir, anormal).

Podríamos revisar otros modelos, como el religioso (en desventaja actual por el desprestigio de la religión institucional), el ideológico (en desgaste por la falta de precursores que propongan renovación paradigmática), el educativo (fuera de concurso por la ausencia de ética y moral en los programas de educación), etc.

Más bien quisiera, por ahora presentarle mi propuesta de modelo de salud mental: “Un proyecto de vida que se ajuste sin estrés a sus realidades contextuales, en interacción que haga bien tanto a la persona como a lo que le rodea, considerando el término bien como un término de valor, en este caso, ligado a lo noble y auténticamente humano”.

De esta propuesta podemos derivar ciertas consecuencias en función de la salud mental:

1. El que la salud mental es procesual. Como proyecto es algo que se va elaborando a través de nuestra existencia.

2. El ajuste al contexto significaría que se evita el egocéntrico aislamiento y se promueve el reconocimiento armónico de lo que nos rodea.

3. Es un concepto valórico-centrado. Es decir, reconoce el bien como la prioridad.

4. Pero no es un bien utilitarista ni altruista sino integrado a la naturaleza humana implícita en su relatividad valórica. Esto significaría que el humano puede ser noble y auténtico aunque no sea perfecto.

Bueno, esta es mi propuesta. Podría ser interesante que usted pruebe a elaborar la suya, y si desea compartir con los lectores de este Boletín, agradeceríamos nos la envíe.

Atentamente,

Dr. Winston Villamar.

 

Un pensamiento:

 ”Mi modelo de salud mental radica en mi yo interior cuando ejerzo mi voluntad conforme mi vocación como persona”

 

SECCIÓN PREGUNTAS

La invitación es a enviar sus preguntas, una por vez, en no más de dos líneas. De los lectores que nos escriben, ponemos solamente sus iniciales, en función de la privacidad.

 

En relación al boletín anterior (“¿Sirve de algo la excepción en la salud mental?”), hemos recibido las siguientes preguntas:

 

1. De la Dra. S. J.:

 ¿Qué es normal y anormal, en cuanto a los valores culturales, ya que lo que es anormal para una cultura para otra no lo es? ¿Cómo va cambiando el ser humano con los años y se está tolerando y aceptando actualmente comportamientos que antes eran reprochables, como los matrimonios homosexuales? ¿Cómo patrones culturales influyen en la personalidad y visión del comportamiento en una sociedad?

Respuesta: Esta pregunta nos permite aclarar algunos términos, de manera lo más sencilla, por supuesto: Sociedad es el grupo de personas, cultura es la producción de dicho grupo. Si un grupo social predomina con sus ideas, establecerá lo patrones culturales de lo que es normal o no. Y como toda sociedad, en el tiempo y en el espacio, es dinámica, los criterios de normalidad y anormalidad tendrán que cambiar, y por ende, sus manifestaciones dentro de las culturas existentes. Finalmente, y de manera definitiva, esto tiene que ver también, y en gran manera, con lo que se conceptúe como un estado sano de salud mental.


 
2. De C. E.:

Mi pregunta, luego de complementar con la lectura de Marcuse, es la siguiente:

¿Qué rol juega la instrucción o modelo eclesiástico actual, tal como lo observamos en la sociedad, en torno a la problemática del diálogo con el otro y la reflexión? ¿Es hoy en día, en general,  un modelo filosófico trascendente y proactivo, o es más bien parte de la instrumentación y prolongación del sistema económico de la comodidad?

Respuesta: Tomando a Marcuse, la propuesta de salud mental del Boletín al que hace referencia y la realidad de las instituciones eclesiásticas, habría que reconocer que se da una policromía en las respuestas, no solo en función de las institucionalidades sino también de los individuos de una misma institución. Por esto, creo, que los juicios generales así como las focalizaciones excesivamente particulares, podrían hacer daño a un estado de satisfacción interior en una persona con vocación religiosa.

 

3. De J.V.S.:

 

¿"Unicidad del ser en lo circunstancial", sería igual a "forma única de percibir la realidad"? Por tanto, ¿no solo hay diferencias expresivas sino también diferencias perceptivas? aunque esto último parece obvio, ¿hay tantas formas de percepción y expresión como seres humanos hay?


Respuesta: Para todo lo que usted plantea, creo que mi respuesta sería afirmativa, es decir, que cada ser humano es único en el sentido de percibir la realidad de su circunstancia, y es esta la razón por la que ninguna teoría psicológica puede encasillar completamente el misterio de la dinámica humana manifestada en un individuo per se. Sin embargo, las aproximaciones comprensivas de los distintos acercamientos de hecho que nos ayudan a no estar tan distantes los unos de los otros; al contrario, tomadas con cuidado crítico, estoy seguro que pueden ser de gran ayuda para promover la salud mental mutuamente.

 

 

REVISION DE OBRAS

Si a usted le gusta el psicoanálisis en alguna de sus vertientes, la sugerencia es que lea de Melanie Klein, “Sobre la salud mental”. Podría servirle como referencia para su reflexión personal. O en su defecto, de Herbert A. Carroll, el clásico “Higiene Mental”, muy usado en Facultades de Psicología.

 

 

Un servicio de Mentalsanitas ®

Venta de libros del Dr. Mauro