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Sobre la educación.

UNIFORMES: VESTIDOS DE RIESGO

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UNIFORMES: VESTIDOS DE RIESGO

Los uniformes surgen en la historia laboral y académica como un recurso que pretende facilitar las faenas y brindar comodidad y seguridad. Eso se comprende  fácilmente cuando observamos los diferentes atuendos laborales. La inmaculada gabacha blanca del médico, hace evidente cualquier salpicadura que puede trasmitir una infección. El fontanero, con sus botas de hule, que lo protege de charcos y barriales. Los electricistas, con sus guantes gruesos para evitar descargas peligrosas. Y los tráficos, con sus luminosos ribetes que alertan a la distancia.

Escribir al DR. Mauro Hoy

Cuando vemos los uniformes escolares, nos percatamos que no persiguen un bien en sí mismo. Si son uniformes de un colegio privado, se diseñan acorde al gusto de los dueños;  si es un centro académico público, obedecerá a la vieja tradición de un azul y blanco o un azul con celeste; colores que no se escogieron pensando en la seguridad del infante.

A nuestros hijos, que son los hijos de la patria, tenemos que protegerlos y aprovechar todos los recursos disponibles, para ello, se impone que actualicemos lo uniformes a los nuevos tiempos y por ende a los nuevos riesgos. Año a año, nuestro estudiantado enfrenta  los riesgos automovilísticos. Los accidentes de tránsito nos arrebatan la vida de más de dos menores al mes. En un país donde reina al caos vial y la irresponsabilidad en las carreteras, es necesario proteger a los infantes que, desde los 6 años, tienen que lidiar con todos esos peligros para llegar al centro lectivo y que, muchas veces, se vuelven blanco fácil por lo oscuro de sus uniformes.

Como país, tenemos que comprender que los uniformes pueden invisibilizarnos o,  por el contrario, hacernos más visibles.  Por eso hoy necesitamos hacer una reforma urgente, cambiando  aquellos viejos uniformes por uniformes de colores vistosos con bordes reflexivos fosforescentes, que permitan ser divisados con facilidad a la distancia tanto de noche, como de día, en verano como en invierno. Colores rojos, anaranjados, verdes fosforescentes y similares, deben ser la norma de nuestro sistema académico.

Camisas y pantalones, cortos o largos deben contar con ribetes reflexivos, así como los abrigos, suéteres y capas, que son la norma en épocas lluviosa. Se entenderá que nada ganamos si tenemos un uniforme vistoso y fosforescente si este es totalmente cubierto por una capa oscura. Más aun en el invierno, que es cuando más accidentes ocurren.

Por encima de la tradición, la razón.

Venta de libros del Dr. Mauro