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Un tema de reflexión social.

UN POQUITO DE CIELO PARA LAS MADRES

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UN POQUITO DE CIELO PARA LAS MADRES

En nuestras culturas, las madres ocupan un lugar especial al punto que diríamos que son las figuras referentes tanto de la familia como de la misma sociedad. Nada se compara al amor de una madre, es sin lugar a dudas el ejemplo de entrega, heroísmo, valentía y afecto. De igual manera conforme pasa el tiempo, todos o buena parte de nosotros nos damos cuenta que le quedamos debiendo a mami, que no hay forma de pagar, ni de recompensar tanto cariño y tanta devoción. Es claro que surcaremos la vida con una sonrisa en el rostro, por haber sido tan afortunados de haber recibido tanto amor, al extremo que es imposible corresponderlo con la misma medida.

Escribir al DR. Mauro Hoy

Pero eso, no es razón para quedarnos con las manos cruzadas, cada uno de nosotros en plano personal debemos velar porque no le falta nada a nuestras madres. Pero tenemos que ir mas allá, las madres deben tener un trato preferencial en el plano social, sobre todo en ese lapso tan crítico como es el embarazo.

En algunos países, los parqueos públicos, así como los estacionamientos de negocios comerciales, instituciones gubernamentales, empresas privadas, centros universitarios y educativos en general, tienen espacios reservados para las mujeres embarazadas; bajo el entendido que a como las personas con una discapacidad deben contar con espacios de parqueo exclusivos y cercanos, de igual manera la madre debe recibir ese mismo beneficio como una forma de engalanar su estado.

Más certero resulta observar como en los autobuses, sean de rutas urbanas o interprovinciales, hay una clara prioridad para que los asientos sean ocupados por embarazadas, adultos mayores o personas con discapacidad. Es tal el grado de cultura de esos pueblos que la población general no ocupan esos lugares aun cuando el existan varios campos vacíos.  Desde pequeños son formados con el entendido que esos lugares no son para jóvenes, ni para pochotones, sino para personas que enfrentan situaciones especiales.

Es más, cuando una eventualidad,  un turista o un vagabundo intenta sentarse en uno de esos campos, el chofer surge con su voz pronta a recordar que esos campos tienen dueño, que esos asientos no son para todos, son asientos exclusivos.

Yo me imagino que si en el cielo hay buses y hay parqueos,  de seguro tendrán señalamientos de prioridad para el embarazo. Y si el cielo no existe como dicen los teólogos que deambulan por estos tiempos modernos, estoy seguro que si hiciéramos eso traeríamos un poquito de cielo a nuestras tierras.

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