Quiero una cita

¿Es válida la diferenciación entre lo emocional y lo moral, en función de la salud mental?

Tabla de Contenidos

¿Es válida la diferenciación entre lo emocional y lo moral, en función de la salud mental?

En una experiencia de consultorio sobre la conducta humana estos dos términos casi que explican más de la mitad de los motivos de consulta. Ambos corresponden al yo psicológico, como formas de conciencia judicial de la realidad.

Escribir al DR. Mauro Hoy

La conciencia judicial de la realidad es la que determina, para nuestro yo íntimo, si lo que estamos haciendo está bien o mal. Y estos conceptos, el de bien o mal, quedan en nuestra huella mental para definir nuestra propia auto-aceptación (excepto en el caso de los enfermos llamados de manera más o menos popular, como psicópatas). En este nivel, lo emocional y lo moral tienen distintos planos de manifestación.

Lo emocional en la conciencia judicial de nuestro yo actúa de manera inconsciente, con el aval o no de la razón. Por ejemplo, en una situación de emergencia, cuando una madre protege a su hijo, no piensa, sino que actúa automáticamente bajo el instinto de protección, y sabe que eso es bueno. Cuando alguien quiere ir a realizar una tarea en favor de otras personas, puede razonar para considerar que lo que está haciendo es lo bueno, emocionalmente hablando. Pero en ambos casos, las manifestaciones conductuales pueden ser dadas de manera automática, fuera del campo de la conciencia moral.

Lo moral, en cambio, implica una idea de lo bueno o lo malo que trae consigo la gratificación o la culpa. En ambos casos, actúa la intención: la persona decide hacer algo que considera bueno, y esto le va a ayudar a mantenerse en lo que se llama “la buena conciencia”; o decide hacer algo que considera malo, y en este caso tendrá que trabajar con la culpa, para negarla (cínica o hipócritamente) o para sufrirla.

En la realidad cotidiana de la vida, generalmente ambas manifestaciones del yo se mezclan. Cuando se produce una crisis en dicha relación, se dará una forma de neurosis caracterial que me permito llamarla como “obsesión moral inadecuada”. Las manifestaciones más comunes son las siguientes:

1. La persona es muy sensible para los aspectos morales de la vida.

2. Está generalmente expuesta a relaciones interpersonales conflictivas, ya sea por alteración en las transacciones (incapacidad para ponerse de acuerdo), o por situaciones de rebusques (en la forma de caer en manipulaciones por sobreprotección).

3. Es incapaz de esclarecer las responsabilidades morales en las interacciones con los más íntimos (usualmente en contraste con su manera mejor dispuesta para los extraños).

4. Su nivel de tolerancia a la frustración es muy bajo.

5. No tiene capacidad para diferenciar los fenómenos típicamente emocionales de los típicamente valóricos.

6. Siempre está pensando (y a veces, también hablando) de altos niveles de comportamiento.

7. Finalmente, su escrupulosidad le impide la diferenciación y todo lo mete en el saco de la culpa, ante la cual, usualmente no tiene mecanismos sanos de solución.

Esta fisiología neurótica es tan común, con sus diversos matices, que me permitiría afirmar que es prácticamente parte de la vida cotidiana en nuestro tiempo actual.

Venta de libros del Dr. Mauro